El tipo de intervenciones que realiza normalmente la policía municipal respecto a las personas que están en la calle son de carácter asistencial". Quien así se expresa es César García, superintendente del cuerpo de la Policía Local de Cáceres. Y los datos del gráfico que acompaña a estas líneas, y que recoge el tipo de actuaciones realizadas los últimos meses por el cuerpo policial, avalan esta opinión. La impresión del máximo responsable de la policía municipal cacereña es que estas intervenciones son "relativamente frecuentes".

"Cuando tenemos noticia de que hay una persona sin hogar, la llevamos a un centro de acogida", explica García, que puntualiza que a veces los agentes se encuentran con situaciones extremas. "A veces nos encontramos con que en el centro de acogida no lo acogen porque no puede valerse por sí mismo. En el hospital tampoco lo acogen porque no está enfermo. Los hermanos de la Cruz Blanca, en ocasiones, no tienen suficiente sitio".

DIFICIL PAPEL A pesar de que el cuerpo policial actúa en coordinación con los servicios sociales, en alguna ocasión la solución ha sido, en palabras de García, "llevarnos a esta persona a la jefatura para que pase la noche en el vestíbulo y comprarle un bocadillo para que pueda comer algo".

Las personas que están en la calle no suelen plantear problemas de seguridad, ni para los agentes ni para los ciudadanos. Como explica García, "la capacidad de actuación de la policía es escasa mientras no perturben la seguridad ciudadana".

Respecto al grupo que muchos cacereños están acostumbrados a ver en el Parque de Calvo Sotelo, en pleno centro de la ciudad, el responsable policial dice que "no se les puede echar del parque simplemente porque estén allí. Les decimos que no molesten. Pero, lógicamente, los vecinos protestan porque hay niños cerca jugando y ellos beben en la calle. Procuramos controlar esos aspectos".

El cuerpo cuenta con un servicio específico de supervisión de ese grupo de personas. Se les controla con discreción, pero no se interviene a menos que hagan algo ilegal o molesten a la gente. Ese servicio es, con diferencia, el más frecuente de la policía local en relación a estas personas.

Otro de los puntos de la ciudad que el superintendente de la policía local señala como sensibles son los números, 1, 3 y 5 de la avenida Hernán Cortés. "Hay espacios donde duermen, hacen fuego y acumulan comida", dice. De hecho, uno de los incidentes ocurridos en los últimos meses fue un incendio que se provocó entre cartones y colchones que estas personas tenían en esos bajos. "Hay un centro de salud -comenta García- y los vecinos protestan porque no es lugar adecuado para atender a enfermos". La Consejería de Sanidad había declarado el pasado mes de noviembre la intención de poner una verja para evitar que los indigentes pernoctaran en esos bajos, aunque a día de hoy no se ha llegado a colocar.

La forma de actuar de la policía respecto a estas personas es identificarlos por si tienen alguna causa pendiente. En caso de que sea así, se les traslada a los calabozos de la Policía Nacional. Pero la mayor parte de las veces no es necesaria ni la identificación porque los agentes ya les conocen. Cáceres es pequeña, también, para estas cuestiones.