La cafetería Acuario se despidió ayer definitivamente de todos los cacereños. Tras 33 años de historia, y después de casi un año con sus puertas cerradas, este emblemático establecimiento hostelero del céntrico paseo de Cánovas ha pasado a ser historia, aunque su huella seguirá estando presente en la nueva cafetería-restaurante a la que Acuario ha pasado el testigo y que llega dispuesta a meter mucha presión al negocio.

Es la fuerza que le da el nuevo nombre, Manómetro, y la renovada y juvenil imagen que desde ayer presenta la cafetería que durante más de tres décadas fue punto de reunión, de ocio y negocio para miles de cacereños. Los rumores que sobre el futuro de este establecimiento surgieron allá por el mes de junio pasado, y que se han mantenido a lo largo de estos meses, se han desvelado.

No se trata de una franquicia, ni de un cambio de sector o una simple ampliación. Manómetro es una cervecería, cafetería, restaurante que llega a la ciudad cargada de novedades, "con mucha ilusión y la misma calidad de siempre", indican sus propietarios.

A partir de ahora, a sus desayunos, tapas y clásicas raciones se unirán otros servicios nuevos y pioneros en Cáceres, como la carta cocinas del mundo, con platos de muy diferentes países, como Méjico, Asia, Argentina...; la de paneles, nombre que se da a unos sandwich gigantes (de 30 x 40 centímetros) de los más variados ingredientes; y las mesas autoservicio de cerveza, dotadas con barriles de los que los clientes se servirán directamente.

Estos servicios se distribuirán en los dos plantas del local, hoy mucho más luminosas y con una decoración más actual, que atenderán una plantilla de 16 personas --entre personal de cocina y camareros-- también renovada, ya que de los ocho conocidos rostros del personal de Acuario sólo quedan cinco, tres en la cocina y dos en la barra.

"Queríamos un cambio total de imagen porque considerábamos que Acuario se había quedado un poco obsoleto y era el momento de renovarlo, hacer algo más moderno y juvenil, un establecimiento para todo tipo de público, no tan clásico como era antes, y creemos que se ha conseguido".

Así lo consideran los hermanos María, Pepe y Javier Pérez, que desde 1998 se ocupan del negocio que su padre, José Pérez Mallo, puso en marcha hace 33 años, y que ahora afrontan esta nueva iniciativa que confían la valoren y aprecien también así los cacereños.

Acuario hizo historia en una época y ahora Manómetro espera también tener su lugar en las páginas de la hostelería cacereña del siglo XXI.