Dolido, al tiempo que preocupado por la acusación "sin prueba alguna" que pesa sobre él por la muerte de su perro, el dueño del Cocker que apareció muerto de cuatro puñaladas aseguró ayer a este diario que "jamás le agredí, yo jamás maltrataría a un animal". Y al preguntarle el por qué entonces fue detenido, este electricista de 42 años, vecino de Navas del Madroño, señala: "La única explicación que encuentro es porque aparece un perro muerto de forma violenta y yo soy su dueño, además de porque al parecer alguien comentó a la Guardia Civil que la noche antes había oido ruidos en mi casa".

Pero él insiste en que "nunca habría hecho algo así, quería mucho a mi perro, hasta el punto de que no puedo estar sin él y ya me he comprado otro". De lo sucedido con Balú, que así se llamaba, cuenta que había desaparecido la noche antes de aparecer muerto. "Lo estuve buscando por todas partes, y hay testigos de ello, como los camareros del bar Las Ventas, que me dijeron que habían oido que había un perro negro sangrando cerca de la Caja y me fui corriendo porque pensé que era el mío que le había atropellado un coche o se había peleado con otro perro, pero no lo encontré".

Fue al día siguiente, recuerda, cuando "me detuvieron y me enteré de lo ocurrido, de que le habían encontrado muerto en mi portal, al que imaginó acudió buscando nuestra ayuda".

Ahora será la Justicia la que tendrá que resolver, algo que él confía ocurra pronto, "que se aclare cuanto antes lo sucedido y se demuestre que no fui yo"

También espera "celeridad y contundencia de la Justicia" la alcaldesa de Navas, Luisa Gómez, que mostró ayer, en nombre de todos los vecinos, "nuestro más profundo rechazo, repulsa y condena a tan execrable acto".