Han pasado ya seis años de los hechos por los que mañana será juzgado en la Audiencia Provincial de Cáceres un acusado de un delito continuado de agresión sexual. Un hecho muy grave, que lo es aún más por tratarse la víctima de los presuntos abusos de este acusado, cuyo nombre responde a las iniciales M. R. L., un niño que entonces tenía 8 años y que, además, es su sobrino.

Por los hechos que se le imputan, agresión sexual continuada, el fiscal pide para M. R. L. una condena de 13 años y seis meses de prisión, así como el pago de una indemnización de 120.000 euros, por los daños morales causados al pequeño.

Los hechos por los que M. R. se sentará mañana en el banquillo de los acusados habrían ocurrido en el verano del año 2000. Según recoge el Ministerio Fiscal en su calificación provisional de los hechos --no se desvela la localidad en la que ocurrieron ni otros detalles para evitar que éstos pudieran llevar a la identificación del menor--, a lo largo de aquel verano, sin poder precisar fechas, pero sí que fue en varias ocasiones, "el procesado, a primera hora de la tarde y aprovechando que el resto de familiares se encontraban descansando, acudía al dormitorio donde estaba el menor, solo y dormido, y con ánimo libidinoso se tumbaba en la cama a su lado y le hacía tocamientos", al niño y también a él mismo. De estos hechos, advierte el fiscal, fue testigo alguna vez otra menor.

En otras ocasiones, se añade por el fiscal, "el acusado iba aún más lejos, pues se quitaba la ropa, hacía lo propio con su sobrino", y abusaba de él con penetración. El menor, se asegura, no podía ni moverse "por el temor que le tenía" y, además, si alguna vez intentaba evadirse o lloraba, "su tío le decía que se callara y le impedía moverse agarrándole por el cuello" .