Los acusados por una estafa múltiple a 19 empresas, 4 de ellas extremeñas, descargaron ayer todas las culpas de los hechos al que fuera el responsable de la empresa a través de la que se cometió la presunta estafa y que falleció en 1998, tres años después de que se iniciara el proceso por las denuncias de los afectados, que nunca llegaron a cobrar los 130.000 euros que dicha empresa les debía por pedidos realizados en dos meses.

La Audiencia sentó ayer en el banquillo a los seis acusados por este caso y en el que testificaron además muchos de los perjudicados, entre ellos representantes de las empresas extremeñas supuestamente estafadas: Embutidos Hervás --la más perjudicada--, Coficasa, Berrocales Trujillanos y Jamones Rodilla.

La viuda del presunto organizador del fraude, según los acusados, y también coimputada sufrió un ataque de ansiedad durante su declaración, por lo que hubo de hacerse un receso en la vista oral para que la mujer pudiera ser atendida por uno de los médicos forenses. Aseguró desconocer el funcionamiento de la empresa y que ella solo hacía lo que le decía su marido, "sin preguntar nunca nada" porque "era muy violento" y "le tenía miedo". Otro de los procesados, el que fuera el transportista de la empresa, indicó, por el contrario, que ella estaba permanentemente con su marido y en alguna ocasión le dio instrucciones en nombre de este.

La fiscalía pide para los acusados 8 años de prisión por estafa continuada, una multa de 8.100 euros e indemnizaciones a las empresas perjudicadas.