El jueves por la noche Lola Arroyo, que regenta junto a su hermana Marian la administración de lotería cacereña La Ilusión , miraba tranquilamente el sorteo de los jueves de la Primitiva en internet, como todos los días que hay sorteo. Para su sorpresa, se dio cuenta de repente de que uno de sus números protagonizaría la noche. El boleto acababa de convertirse en el primer premio de la Lotería Primitiva, seis aciertos que reportarán a su beneficiario casi tres millones de euros.

Aunque Lola no recibe absolutamente nada del importe del premio, no pudo evitar dar un salto de alegría cuando se enteró de la noticia. "Siempre es un orgullo y una alegría haber vendido un premio", confesó ayer la vendedora.

Y su alegría no es para menos, ya que su administración tiene en su corta vida un buen historial de premios que han recaído en ella. Ya han entregado varios cuartos y quintos premios del Sorteo de Navidad hace aproximadamente seis años. Además, también han tenido suerte en los sorteos de la Lotería Nacional --un primer premio hace un año-- y en la Bonoloto con un segundo en el mes de octubre del 2007. Sin embargo, el recuerdo más preciado de La Ilusión fue ese segundo premio del Sorteo del Niño, que recayó en Cáceres las pasadas navidades del 2007 y que dejó varios afortunados en la capital cacereña.

Las hermanas Marian y Lola Arroyo se encargan de vender lotería en su administración del centro comercial Ruta de la Plata desde hace ya nueve años. Su oficio no les viene por ningún tipo de vocación anterior. Fue su padre quien inauguró el establecimiento cuando se enteró de que el Ministerio de Hacienda ofertaba nuevas plazas de administración de loterías. Desde su apertura, La Ilusión no ha dejado de repartir felicidad entre numerosos cacereños, los que se animan cada vez más a jugar a la lotería.

Lola Arroyo destaca que, desde que el segundo premio del Sorteo del Niño recayó en su establecimiento, nota que cada vez más gente viene a participar debido a que el público corre la voz entre sus allegados. Por eso dice que "la suerte ya no se ve como algo lejano".