Pese a los tiempos de crisis y al frenazo de muchas otras iniciativas, el proyecto de construcción de un aeródromo en Cáceres sigue en pie y está dando pasos decisivos. El 30 de noviembre vencía el plazo para presentar parte de la documentación ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), perteneciente al Ministerio de Fomento, un requisito que se ha cumplido y por tanto se espera recibir el permiso de construcción. También hay terrenos disponibles, un proyecto viable e inversores interesados. La puesta en marcha de la que sería la única infraestructura aérea de Cáceres, con vocación de servicio a todo el entorno de la provincia, necesita reunir aproximadamente 2,7 millones de euros, y ya se dispone de un millón, suficiente para iniciar las dotaciones básicas.

Así lo confirman los responsables de la Fundación Valhondo y la Fundación Cáceres Capital, que abanderan la iniciativa. Ambas entidades llevan dos años trabajando para crear en Cáceres un aeródromo con las instalaciones básicas, ya que la ciudad tiene una situación excepcional al carecer de cualquier infraestructura aérea, ni siquiera campo de vuelo. Mientras, las necesidades de ciertos sectores van en aumento y demandan hace años medios más rápidos, por ejemplo el turismo (cultural, medioambiental, cinegético...), las empresas (transportes, congresos...), la sanidad o la investigación.

INSTALACION VIABLE Uno de los principales escollos es, lógicamente, la inversión necesaria. En junio se inició una campaña de presentación del proyecto a empresarios e instituciones (ayuntamiento, Diputación y Junta de Extremadura) a fin de captar apoyos. En estos momentos ya existen inversores concretos interesados en financiar el proyecto, y el subdelegado del Gobierno, también presidente de la Fundación Valhondo, hizo constar el jueves que esta entidad podría solicitar un préstamo gracias a su patrimonio. La intención es unir todos los posibles esfuerzos en una sociedad mercantil que desarrolle el proyecto y además se encargue de la gestión posterior del aeródromo.

La iniciativa resiste en plena crisis porque es "práctica, sostenible, razonable y rentable", según ha explicado a este diario Juan Ramón Civantos, responsable de la Fundación de Cáceres Capital, formada por empresarios y profesionales de amplia trayectoria en sus ámbitos de actuación. De ahí que los inversores lo vean como un proyecto asumible, sin grandes instalaciones ni gastos superfluos, a la media de Cáceres, cómodo para el tránsito de viajeros y a la vez atractivo para los clientes (empresas, exportadores, turistas...).

La intención es construir una pista de 900 a 1.200 metros para que operen avionetas y aerotaxis con fines turísticos y empresariales, además de un centro de recepción con cafetería, hangares y algunos servicios necesarios. Tendrá otras dos ventajas según los promotores: podría ampliarse en un futuro y el mantenimiento se considera asumible.

Pero sobre todo, es un proyecto posible porque los terrenos han sido cedidos por la propia Fundación Valhondo Calaff. Se trata de la finca Marradas y Cintado, de 266 hectáreas, un emplazamiento privilegiado y muy próximo a la ciudad, en el cruce de la carretera de Malpartida (N-521) con la Autovía de la Plata (A-66), junto al hotel Los Arenales. Está a 12 kilómetros de la Cruz de los Caídos, pero a distancia suficiente del casco urbano para guardar la seguridad.

Además de su cercanía, también se trata de un ubicación idónea desde el punto de vista aeronáutico. Tiene buena orientación, clima favorable y no existen condicionantes medioambientales ni zonas de especial protección que puedan dar al traste con el proyecto. De hecho, los promotores se han reunido desde el primer momento con los ecologistas porque quieren que la iniciativa sea "modélica".

El estudio de viabilidad y el proyecto están ultimados. Parte de la documentación se encuentra ya en Fomento. Aunque la tramitación sigue su curso y por tanto los promotores no pueden aún dar validez a la iniciativa, lo cierto es que, de seguir adelante, se baraja el 2012 para el inicio de la obra, incluso el subdelegado habló de seis o siete meses para que empezara a funcionar.

El aeródromo ha despertado el interés de empresas y entidades cuyas actividades se verían facilitadas por su puesta en marcha, como el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, la Asociación Ornitológica de Monfragüe, Andy Aeronáutica (ultraligeros), la finca Las Golondrinas (lugar de caza de la realeza europea), el Aeroclub de Cáceres (tiene su actividad fuera de la región por falta de instalaciones), los laboratorios Lacoex, la Asociación de Aviación Experimental (lleva largos años demandando una infraestructura aérea), la Escuela Pangea (parapente y paramotor) o el Club de Vuelo Extremadura