No hay manera. Cáceres es la única ciudad del país que no tiene aeródromo ni campo de vuelo, y aún no se sabe si podrá tenerlo. Está completamente aislada por aire de cualquier posibilidad de vuelos de mercancías, correos, pasajeros en avionetas privadas (caza, congresos, avistamientos de aves...), servicios contraincendios o actividades deportivas. Curiosamente, la ciudad sí tuvo un campo de aviación hasta el traslado de la feria al mismo en los años 70. Desde entonces, la ciudad ha dado pasos erráticos durante cuarenta años para lograr una infraestructura que sigue atascada.

Cáceres tiene el ‘honor’ de ser una de las pocas ciudades europeas del entorno de los 100.000 habitantes sin un simple campo de vuelo. El debate lleva años sobre la mesa, pero vuelve a ser actualidad tras la salida de los ‘pesos pesados’ del PP en el ayuntamiento, la asamblea y el senado extremeño, declarando que el PSOE «ya no tiene excusas» para que este proyecto sea una realidad a lo largo de la actual legislatura. Se refieren al aeródromo que impulsó en 2014 el expresidente extremeño José Antonio Monago (PP) con 4,4 millones de euros en Los Arenales, a un paso de Cáceres (N-540). Se trata de una infraestructura ajustada al tamaño de la ciudad para pequeños vuelos que puedan insuflar aire al turismo cultural, ornitológico, cinegético, mercancías, congresos... Cuenta con el respaldo de empresarios locales congregados en torno a una plataforma. Hay incluso terrenos comprados por la Junta en 2014 a la Fundación Valhondo (266 hectáreas).

No obstante, el proyecto fue paralizado por el nuevo gobierno regional del PSOE en 2014, al entender que el tratamiento ambiental era dudoso, cuando estaba en fase de adjudicación. Hasta febrero de 2018 no se encargó un nuevo proyecto ambiental a la empresa Geprecón (35.250 euros), que tiene de plazo hasta febrero de 2020. La empresa debe remitir el documento final a los ministerios de Fomento y Transición Ecológica. Habrá que ver entonces si existe una resolución favorable de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) o si el proyecto de aeródromo puede adaptarse de algún modo. De nuevo, el futuro aéreo de Cáceres está en el aire.

SALAYA: «debe ser viable» / El alcalde de Cáceres, Luis Salaya (PSOE), se ha referido estos días al aeródromo y ha desvelado que, nada más llegar al cargo la pasada primavera, se reunió en Madrid con empresarios, diputados y conocedores de este tipo de infraestructuras para abordar su creación en la ciudad. Entonces y ahora pone un ‘pero’ a la iniciativa: Salaya no quiere un «cementerio de aviones». «Cáceres necesita un proyecto de aeródromo claro y nítido. No vamos a impulsar un aeropuerto sin aviones como el de Castellón. El proyecto debe tener detrás el impulso empresarial suficiente para que sea viable económicamente», afirma.

EL PP PIDE «VOLUNTAD» / Declaraciones de Salaya que causan «sorpresa» en el PP, donde afirman que «ese impulso empresarial existe y es conocido por todos». «Lo único que le falta al proyecto es voluntad política, que no la hay por parte de Vara ni del PSOE», afirma Rafael Mateos, portavoz del PP en el ayuntamiento. Insiste en la necesidad de que se incluya «una partida importante» en el presupuesto autonómico 2020 para iniciar «una infraestructura que supondrá una dinamización turística, empresarial, económica y deportiva». Recalca que no será un cementerio de aviones «porque hablamos de un aeródromo». Para Mateos, «ya es hora de poner punto y final a la falta de inversiones en la ciudad. El propio PSOE se abstuvo en 2016 en una moción a favor del aeródromo», recuerda.

LOS EMPRESARIOS SE ‘MOJAN’ / Los empresarios también han reiterado sucesivamente su respaldo. En 2015 se creó la Plataforma de Apoyo al Aeródromo de Cáceres, a la que se unió el Aeroclub de Cáceres, la empresa Andi Aeronáutica (fabricación de avionetas), la Asociación de Constructores Amateur de Aeronaves, la Confederación Extremeña de Turismo, el Clúster de Turismo de Extremadura, el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, la Agrupación Cacereña de Aeromodelismo, la Asociación de Aviación Experimental, pilotos de vuelos a vela, de ultraligeros... Y ello porque entendían que el aeródromo tendría dimensiones sostenibles: una pista de 1.600 metros para aviones privados de hasta ocho pasajeros, y usos comerciales, deportivos y de servicio público.

Desde el Círculo Empresarial Cacereño están dispuestos a trabajar por el proyecto. De hecho, ya tienen previsto dos viajes a aeródromos de Huesca y Teruel «para ver cómo son, cómo funcionan, su viabilidad, y tomar ideas de las infraestructuras de este tipo que podamos ir visitando», avanza su presidente, Diego Hernández. Recuerda que algunos empresarios cacereños están dispuestos a instalarse junto al aeródromo «para aprovechar sus oportunidades», si así se lo facilitan. «Nos posicionamos al lado del proyecto en todos los sentidos, porque entendemos que si sólo lo gestiona la administración, será un fracaso», indica.

El círculo, que ya reúne a más de 3.500 empresarios, lo tiene claro: «necesitamos que el nuevo ferrocarril, el apeadero de mercancías y el aeródromo sean una realidad. Nadie va a venir a montar una empresa a Cáceres sin estas dotaciones», lamenta.

El mismo apoyo recibe el aeródromo desde hace años por parte de la Federación Empresarial Cacereña (FEC). «Como hemos dicho en numerosas ocasiones, esta dotación necesitaría una inversión mínima y sería muy valiosa para los empresarios y la economía local», declara el secretario general, Pedro Rosado. La FEC ha venido denunciando insistentemente el «grave déficit de infraestructuras que sufre Cáceres, y que no nos permite tener las mismas posibilidades competitivas que otras provincias. Es necesario solventar estas carencias tanto aéreas como ferroviarias», indica Rosado.

LOS QUE SABEN DE AVIONES / Unas carencias que también afectan a quienes desarrollan cualquier iniciativa relacionada con la aeronáutica, que llevan décadas sin instalaciones en condiciones, pidiendo mil permisos y con la sensación de ir siempre por detrás del resto de provincias. Si alguien ha luchado por paliar esta carencia ha sido Joaquín Guerra, presidente de la Asociación de Aviación Experimental de Cáceres. «Es importante que se construya un aeródromo que abra posibilidades de las que ahora carece la ciudad, y que se adapte a las necesidades de la misma. No se trata de hacer una gran inversión en un aeropuerto, sino de crear al menos una dotación que ya existe en el resto del país», reflexiona. «Podemos decir que como actividad deportiva tiene la utilidad asegurada», matiza.

De hecho, esta asociación, dedicada a la construcción amateur de aviones, ha organizado diversos cursos y eventos nacionales con participación incluso internacional, pero siempre con el handicap de no tener una instalación oficial, lo que le ha obligado a superar sucesivas trabas y a reducir su agenda.

Asimismo, negocios turísticos y entidades como el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, que recibe a profesionales de la sanidad de todo el mundo, también han mostrado su interés por utilizar esta infraestructura.

Diego Andrada es presidente del Aeroclub de Cáceres, que ha instruido a más de 500 pilotos de toda España en La Cervera (hoy solo puede usarse de forma eventual por no ser un aeródromo autorizado), hasta que tuvo que trasladar la escuela a Córdoba. Considera que Cáceres precisa hace mucho tiempo esta dotación. «Es necesaria para una ciudad del siglo XXI. No puede ser la única provincia en su situación. Badajoz tiene ya siete», recuerda. Tampoco entiende el retraso «porque solo precisa una pista asfaltada de poco más de un kilómetros y un mantenimiento mínimo. El resto de dotaciones podían hacerse de forma progresiva».

Para Andrada, la rentabilidad está asegurada, comenzando por la propia empresa de montaje y mantenimiento de ultraligeros de su familia, posiblemente única en España, que ampliaría sus miras si hubiera un aeródromo oficial. «Nos llaman mucha gente de toda España para llegar a Cáceres volando un fin de semana. Se alojarían, gastarían..., pero no hay aeródromo. Es incomprensible que solo se pueda venir por carretera», recrimina.

Además, Cáceres tiene unas condiciones excepcionales para el vuelo: medio centenar de franceses llegan cada verano para lograr récords de vuelo libre y deben alojarse en tiendas de campaña sin ningún servicio en La Cervera; tampoco es posible usar planeadores sin trasladarse a cientos de kilómetros. «Hasta los aviones contraincendios están en Mérida, cuando el mayor riesgo se sitúa en el norte cacereño», recuerda Diego Andrada.

LOS POLÍTICOS SE PRONUNCIAN / Por todo ello, Francisco Alcántara, portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos, considera el aeródromo como «uno de los grandes proyectos que transformarían la ciudad y la sacarían del vagón de cola de las estadísticas», aunque alberga «dudas» de si el ayuntamiento lo reivindica a la Junta con la fuerza necesaria. «Es necesario para la dinamización empresarial, turística, medioambiental, cinegética... Cáceres cuenta con todos los recursos a su alrededor pero no puede aprovecharlos por la falta de comunicaciones», advierte. Eso sí, Francisco Alcántara considera que el aeródromo, una vez construido, «debe tener una gestión privada si quiere ser rentable».

Consolación López, portavoz de Podemos en el ayuntamiento, también sostiene que esta dotación «puede ser necesaria», de hecho su formación se posiciona a favor, pero con dos matizaciones. «En primer lugar, habría que hacer lo posible para reaprovechar La Cervera, cuyas instalaciones podrían reformarse antes de realizar otra inversión mayor». Y ello porque, además, desde Podemos consideran que puede haber existido especulación con la venta del terreno de Los Arenales a la Junta por parte de la Fundación Valhondo, por 444.334 euros.

Teófilo Amores, concejal no adscrito del ayuntamiento tras salir de Vox, recuerda que desde su cargo como secretario general de la Cámara de Comercio durante 35 años ha reclamado un aeródromo para Cáceres. «En los años 80 realizamos un estudio monográfico solicitando la puesta en marcha de La Cervera. Entonces pensaba como ahora: es una dotación imprescindible, de primer orden, para la ciudad», subraya.