Cáceres tendrá que seguir esperando para ver aterrizar en la provincia un Boeing 717, porque de momento ni siquiera es posible la llegada de una simple avioneta con personal de una empresa, turistas de caza o mercancías a bordo. Tras las contundentes declaraciones del consejero extremeño de Hacienda, asegurando el pasado día 6 que el proyecto del aeropuerto internacional está "congelado, retrasado y aparcado", Cáceres se confirma como la única de las ciudades candidatas a la Capitalidad Cultural Europea en 2016 que no tiene una sola infraestructura aérea: ni aeropuerto, ni siquiera aeródromo. Incluso el Aeroclub de Cáceres ha trasladado su escuela de pilotos a Segovia y Córdoba al no haber ningún campo de vuelo público en la región.

Vuelve a aplazarse el eterno proyecto del aeropuerto cacereño, un sueño acariciado hace décadas y que solo se rozó en la Segunda República. Proyectos ha habido muchos, desde aeródromos hasta un aeropuerto de tercer nivel y la ilusionante terminal internacional anunciada por Ibarra en 2006. Hoy todo está parado, salvo dos proyectos de aeródromos que podrían cubrir buena parte de las necesidades de la ciudad: uno a 16 kilómetros de Cáceres que la promotora Prinsa empezaría a construir en Santiago del Campo en cuanto recibiese el permiso de la Junta (los trámites están muy avanzados), y otro en Arroyo de la Luz que pretende sacar adelante el ayuntamiento, aunque antes deberá hacerse con los terrenos.

Curiosamente, Cáceres tuvo su única línea regular de pasajeros con Madrid en los años 30, como escala en la ruta Madrid-Lisboa. Fue un espléndido arranque para el campo de aviación, inaugurado en la Segunda República en los actuales terrenos del ferial por Hidalgo de Cisneros y López-Montenegro. Pero la Guerra Civil dio al traste con aquellos vuelos, que nunca se han retomado. En cambio, la ciudad sí tuvo un serio protagonismo aéreo en los años siguientes, al convertirse en una de las bases de operaciones de la temida Legión Condor de la Luftwaffe hitleriana, cuya plana mayor ocupó los castillos de las Arguijuelas, y de una escuadrilla de cazas Fiat-Chirri enviados por Italia en apoyo a Franco.

Tras la guerra, el campo de aviación hizo las veces de campo de emergencia controlado por un destacamento militar. Y Cáceres volvió a perder otra gran oportunidad al dejar marchar el proyecto de la escuela de cazas, que se instaló en Talavera la Real por su orografía. Allí se ubica hoy el único aeropuerto extremeño.

Durante largas décadas, los cacereños han visto pasar miles de aviones, pero por el cielo. Hubo excepciones anecdóticas, como el aterrizaje de un gran DC-3 militar que tuvo que permanecer algún tiempo por una avería, y que generó un auténtico revuelo en el campo de aviación. Convertido aquel terreno en recinto ferial, la Dirección General de Aviación Civil inició expropiaciones en La Cervera, un enorme llano a 15 kilómetros hacia el sur de Cáceres, junto a la N-630, para crear otro campo de vuelo.

AÑOS 70: PRIMER AEROPUERTO La Diputación de Cáceres se metió de lleno en el proyecto, ya que por primera vez comenzó a hablarse de dotar a Cáceres de un auténtico aeropuerto en La Cervera, una zona que reunía todas las condiciones. La institución provincial realizó incluso las obras en dos fases: una pista de 600 metros y su ampliación a 1.400. De la noche a la mañana aquellas aspiraciones se esfumaron para volver a resurgir años después en forma de aeropuerto de tercer nivel, también de manos de la diputación, pero el proyecto languideció de nuevo.

La Cervera continuó utilizándose como campo de vuelo, pero ni siquiera obtuvo nunca el rango de aeródromo pese a exigir unos trámites y una inversión asequibles. El ayuntamiento retomó la iniciativa a principios de la presente década, avalado por un estudio de la Cámara de Comercio. En el 2004, el entonces alcalde José M Saponi anunció que tras las elecciones entablaría contactos con Aviación Civil para lograr la cesión de La Cervera y convertirlo primero en aeródromo, para vuelos diurnos con aviones de hasta 15 plazas, y