No voy a soportar más humillaciones porque están acabando con mi salud y la de mi familia». Es lo que dice al ayuntamiento Juan Manuel Fragoso, dueño del bar La Esencia de Extremadura, en un escrito que remitió hace unos días en el que advertía de que iba a emprender acciones legales para reclamar las pérdidas económicas que le está suponiendo la obra de la calle Alzapiernas.

El consistorio le obligó a cerrar su negocio, ubicado en la esquina con Parras, durante un mes porque la actuación se iba a concentrar en ese periodo justo en la entrada del mismo, por lo que era imposible acceder a él. Ese tiempo ya ha pasado y la situación continúa igual: La entrada a su establecimiento es inaccesible. De hecho la calle se encuentra cortada por vallas desde la calle Parras. «Nos tienen al límite, pasando hambre y sin poder pagar la luz ni el alquiler de mi casa», explica. Ha pedido al consistorio una ayuda para los gastos mínimos pero aún no se la han concedido.

Afirma que ha presentado para ello todos los documentos que le han requerido (contrato del alquiler, la cuota de autónomo, el alta del negocio, las facturas de luz y agua,...) pero la ayuda nunca ha llegado. «Ya me cansé de intentar llegar a un acuerdo para que me paguen los gastos mínimos para vivir y comer por algo que solo es responsabilidad del ayuntamiento. Voy a emprender acciones legales con el fin de terminar con esta tortura psicológica que me están causando», dice Juan Manuel Fragoso en el escrito que ha presentado al ayuntamiento. La denuncia la interpondrá, según avanzó ayer su abogado, Antonio Luis Díez, cuando finalice la obra y se cuantifiquen las pérdidas.

El resto de los comerciantes están también hartos de la situación. Consideran que la empresa no tiene el suficiente personal trabajando como para agilizar la actuación. «La obra está exactamente igual que hace un mes», se queja Diego Bravo, de Retales Manolo. Debido a la reforma ayer además se inundó la ferretería Mateos Rebollo de aguas fecales, que salían por la pared y el suelo.

En estos momentos la actuación se centra en la excavación del hueco en el que se colocará la maquinaria de la escalera mecánica. Según avanzó ayer el concejal de Fomento, Andrés Licerán, la obra podría terminar antes de que finalice el verano, aunque no se da una fecha concreta. Han solicitado a la empresa que sea «diligente» en los trabajos. El edil afirmó además que están estudiando la fórmula legal para compensar económicamente a los comerciantes afectados. «Somos conscientes de que se les ha pedido paciencia pero se les está acabando», señaló Andrés Licerán.