Un vecino de Cáceres, Juan José N. C., acusado de intentar estrangular a una joven, Pilar I. C., aseguró ayer durante el juicio, celebrado en la sala primera de la Audiencia Provincial, que la agredió sólo para protegerse de los golpes que ella le estaba dando con una piedra en la cabeza. Ella, por su parte, mantuvo que la agredió, repentinamente, cuando ella le rechazó.

Todo sucedió la noche del 18 de junio del año pasado. Tanto el procesado, primo del novio de su víctima, como ésta coincidieron en el relato de la primera parte de los hechos. Se encontraron en el bar del novio de la chica, donde ambos mantuvieron una discusión, tras la cual el procesado se ofreció para acompañar a la chica a casa. Tomaron una consumición en un bar y después se sentaron a charlar en un banco de un parque de la zona del Nuevo Cáceres, cerca de la estación de autobuses.

AGRESION Y PETICIONES DE PENAS

Respecto a la agresión, Juan José aseguró que fue ella la que en un momento se alteró y comenzó a golpearle, por lo que él la tiró al suelo y la sujetó para evitarlo. Pilar mantuvo que le negó un beso y, sorpresivamente, la tiró al suelo presionando su cuello con las dos manos "hasta el punto de perder el conocimiento".

En esta versión coincidió el principal testigo, el vecino, que con su rápida intervención evitó, posiblemente, un trágico desenlace. "Estaba en casa con mi mujer y oímos gritos pidiendo auxilio, por lo que decidí bajar a ver qué ocurría", recordó J. M. V., quien aseguró seguidamente que cuando llegó al lugar vió a "un hombre corpulento sobre una chica que, ya casi sin voz, pedía auxilio mientras él la apretaba el cuello".

También los médicos forenses reconocieron que las marcas que presentaba la chica en el cuello "son propias de estrangulamiento".

Tanto para el Ministerio Fiscal como para la acusación, los hechos son constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa y por ellos solicita al primero cinco años de prisión y 6.450 euros de indemnización, mientras que la acusación pide ocho años de prisión y 16.000 euros. Para la defensa, al procesado se le puede acusar de un delito de lesiones, no de intento de homicidio, y pide una pena de dos años de prisión.