La agrupación vecinal denuncia presiones del gobierno local para que no siga haciendo públicas las críticas sobre los problemas de la ciudad. Desde colectivo aseguran que miembros del ejecutivo municipal utilizan a sus militantes que también son miembros del colectivo (algunos hasta forman parte de la directiva) para ejercer estas coacciones. «Les dicen que hay que callarse, que tienen que intentar callarnos como sea», afirma el portavoz de la agrupación, Juan Carlos Caso, que asegura que «hay compañeros que lo están pasando mal».

Desde hace un tiempo el colectivo ha recuperado la lucha por los barrios y se ha vuelto más reivindicativa de lo que era, cosa que venía haciendo ya en la anterior legislatura. Pero el portavoz critica que «cuando se está en la oposición la agrupación viene bien porque así se suman voces pero cuando se está en el gobierno esas voces se vuelven incómodas».

Dice que dichas presiones se han dado cuando el colectivo ha denunciado públicamente temas mediáticos como las escaleras de Alzapiernas, la defensa de la sanidad en la provincia de Cáceres o la denuncia por los problemas del agua. Y añade que por estas situaciones miembros del equipo de gobierno han decidido darles la espalda, bloqueando incluso al portavoz de la aplicación de Whatsapp.

Esas presiones se han dado también por la moción que el PP presentó el pasado jueves en el pleno con el apoyo del colectivo vecinal. En ella se pedía al ayuntamiento que instase a la Junta de Extremadura a mejorar la sanidad en la provincia de Cáceres. El debate de la moción generó un rifirrarfe entre los diferentes partidos políticos, aunque finalmente terminó aprobándose. En cambio los miembros de la agrupación presentes en la sesión decidieron marcharse para mostrar su rechazo a que el debate se utilizara como arma política.

«A ver si nuestro alcalde y su gobierno terminan de comprender que la agrupación vecinal no es el enemigo ni otro partido de la oposición, sino que somos la voz de barrios y que recuerden que hasta hace unos meses ellos unían su voz a la de los vecinos, ahora que han obtenido el poder para aplicar lo que las voces pedían, no se deben ni pueden enfadar porque la agrupación vecinal siga reclamando y defendiendo las mismas cosas», se queja el colectivo en las redes sociales. «Nosotros no somos la filial de ningún partido, la agrupación es la voz de los barrios, la voz de la gente que quiere que la ciudad esté bien», insiste el portavoz del colectivo vecinal. El gobierno local se limita a decir que las presiones son «radicalmente» falsas y recuerdan que la agrupación, antes del pleno, se fotografió con miembros del ejecutivo local.

LO CRITICA TAMBIÉN VOX / Lo ocurrido también ha sido denunciado por el concejal de Vox, Teófilo Amores. «Condeno este tipo de presiones, absolutamente injustificadas y propias de una dictadura y por completo ajenas al más elemental talante democrático», afirma el edil en su perfil de Facebook. «Reconozco -añade- que el señor Caso y la agrupación vecinal son alta y constantemente reivindicativos (a veces hasta la hartura), pero también reconozco que ese es su papel y su obligación, por lo que respeto y apoyo que actúen como lo hacen porque, con esa actitud, nos obligan a los políticos a ser mejores y más cuidadosos con los derechos de los ciudadanos».