Adiós al exceso de trihalometanos. Las nuevas instalaciones levantadas con las obras de mejora de la estación de tratamiento del agua potable de Cáceres comenzaran ayer a funcionar y a aplicar un nuevo proceso en el tratamiento del agua que permitirá reducir el contenido de trihalometanos por debajo de los 100 microgramos por litro de agua, que es el valor máximo que permitirá la normativa europea desde el próximo día 1 de enero --hasta ahora el valor máximo era de 150 microgramos de trihalometanos por litro--

La alcaldesa, Carmen Heras accionó ayer el botón que puso en funcionamiento estas instalaciones en las que se aplicará un tratamiento con ozono y se suprimirá uno de los dos tratamientos con cloro a los que hasta ahora se sometía al agua. Concretamente se suprime el proceso inicial de precloración, que se sustituye por uno de preozonización, tras que el continúa el resto del tratamiento del agua tal y como se había desarrollado hasta ahora.

"Los usuarios no van a notar ningún cambio en su sabor porque lo que hemos quitado es el cloro que se aplica al comienzo del tratamiento, pero sigue aplicándose al final", advirtió el director gerente de Hispanagua, Gerardo Díaz. "En todo caso que el agua sepa ligeramente a cloro, lejos de preocupar, debería entenderse como una garantía de salubridad absoluta", añadió.

FASE INICIAL La actuación en la planta de tratamiento de agua potable de Cáceres, situada en la carretera de Trujillo, se completarán con la segunda fase de las obras de la depuradora con la que se completará la intervención para mejorar la calidad. El gobierno local prevé destinar una partida en los próximo presupuestos municipales, después de que en el pleno de ayer el PP y FC se opusieran a que quedara incluida en el plan de obras del fondo de inversión estatal. Cuando se complete esta fase, el tratamiento con ozono sustituirá también al proceso de cloración final. "Entonces sí se reducirá el sabor a cloro que tiene el agua, así como el color o el olor", avanzó Gerardo Díaz.

Por su parte Heras, que descubrió una placa conmemorativa en el recinto, manifestó su satisfacción por ver completada esta primera fase de la obra, "con la que los cacereños estarán mucho más tranquilos" al saber que consumen "un buen agua potable", señaló. La alcaldesa se refirió a los problemas de calidad del agua que hace varios años denunció públicamente la Asociación de Consumidores y Usuarios (OCU). "La calidad del agua es una cuestión muy sensible y cualquier variación nos preocupa", reconoció Heras que señaló que con la puesta en funcionamiento de esta parte de la depuradora "está todo acorde con lo que dicen las normas, por lo que podemos estar contentos", dijo.

La obra que mejorará la calidad del agua potable de la que beben más de 100.000 personas (además de Cáceres, Sierra de Fuentes y Malpartida de Cáceres) se ha ejecutado en un plazo "récord", de cinco meses y ha contado con un presupuesto de 625.882 euros con cargo al presupuesto municipal. "La segunda fase del proyecto, con un presupuesto de 3,5 millones de euros, supone una continuación del trabajo iniciado para mejorar la calidad del agua en sabor y color.