Tampoco Angel, que accedió a la vivienda con su novia, Ana, la consiguió en el sorteo. Fue seis meses después cuando recibió una llamada indicándole que había corrido la lista y si seguía interesado. Fue, recuerda, "una gran alegría", que con el paso del tiempo, reconoce también, se ha convertido en "una gran desilusión". Y es que ha llegado un momento que "te digan lo que te digan ya no lo crees, o no quieres creerlo para no volver a desilusionarte".

A ellos personalmente no les ha frenado ningún proyecto para el que esperaran la vivienda, aunque sí consideran que de haberla tenido quizás hubieran dado algún paso en su vida en común, como estar ya juntos, pues de momento cada uno sigue con sus padres. "Si tuviéramos ya la vivienda es más que seguro que habríamos dado ya un paso adelante en nuestra vida en común, pero sin ella qué paso puedes dar tal y como están las cosas..." dice Angel. Es por ello que piden soluciones, "al menos que nos den fechas, pues no saber cuánto tiempo tendremos aún que esperar nos impide avanzar".