NACIO EN TEGUCIGALPA, CAPITAL DE HONDURAS, HACE 57 AÑOS. FORMA PARTE DEL EJECUTIVO DEL PRESIDENTE MANUEL ZELAYA DESDE MAYO DEL AÑO 2006 Y COLABORO EN LA CONSTITUCION DE UNA COALICION CIUDADANA DE APOYO AL PARTIDO LIBERAL. HA FORMADO PARTE DEL MOVIMIENTO DE RESISTENCIA.

En plena resolución de la crisis de Honduras tras el golpe de Estado del que acaban de cumplirse cuatro meses, Alan Fajardo, ministro asesor y amigo desde los 13 años del presidente depuesto Manuel Zelaya, reflexiona en esta entrevista sobre el futuro de su país y el papel de la comunidad internacional tras su paso ayer por la Tribuna del Ateneo de Cáceres.

--¿Cómo ha vivido la crisis?

-Con una mezcla de esperanza, coraje, sufrimiento y orgullo por el valor de nuestro pueblo, que ha demostrado la fibra de la que está hecho y también de agradecimiento por la solidaridad internacional.

--Tras el acuerdo entre Micheletti y Zelaya para que el Congreso decida la restitución del presidente depuesto, ¿cree que la crisis llegará a su fin?

--Ya se ve una luz al final del túnel. No sería exageradamente optimista pero sí creo que está trazado un camino para superar la crisis, pero todavía queda tela por cortar.

--¿A qué atribuye que la situación se haya desbloqueado?

--Ha habido presión suficiente del Departamento de Estado de Estados Unidos dejando claro que no aceptará los resultados electorales si no se producen en un ambiente de retorno a la constitucionalidad.

--Ha sido, por tanto, un papel más clave que el de Europa...

--Ambos son importantes, pero hubiéramos deseado una posición más firme de la Unión Europea, aunque ha habido sectores que han sido muy firmes siempre.

--¿Qué debe aprender Honduras de esta crisis?

--Que el pacto constitucional tiene que ser respetado en todo momento y que ningún conflicto político puede ser resuelto fuera de este pacto.

--¿En qué situación quedan ahora los militares?

--Pueden ser una de las víctimas en el sentido de que se dejaron llevar por los cantos de sirena de una derecha retrógrada. Tienen que revisar bien su papel y ser un ejército constitucionalista y profesional. Debemos perfeccionar su marco jurídico para dejar claro el papel de los mandos.

--¿Qué pasará con Roberto Micheletti? ¿Considera que debería abandonar el país?

--Todos los hondureños tenemos derecho a vivir en nuestro país y dejemos a la Historia el juicio final sobre su papel.

--¿Pero cuál debe ser ahora?

--Ha demostrado a las claras que ha jugado un papel demasiado relevante en la generación de esta crisis, pero dejemos a las fuerzas parlamentarias. Estoy en el Ejecutivo y debemos dejar al Parlamento que resuelva lo que tiene que hacer con Micheletti.

--¿Temió por un mayor derramamiento de sangre?

--Claro que sí. Estuvimos a las puertas de un derramamiento de sangre mayor. Se han contabilizado más de cien muertos, de los que más de dos decenas son militantes reconocidos de la resistencia junto a un centenar de fallecidos en los toques de queda que todavía tenemos que identificar y que han sido muchos de ellos activistas de acciones de resistencia en los barrios. La Comisión de Verdad que se ha formado va a terminar de arrojar luz sobre la totalidad de víctimas durante la represión de estos cuatro meses.

--¿No fue una temeridad que Zelaya entrara en el país?

--Le conozco desde que éramos adolescentes. Le he visto hacer actos muy valientes, algunos de ellos temerarios. Cualquier precio para recuperar el orden constitucional y jugar el papel histórico que tenía que jugar es poco frente a la cuota que está poniendo nuestro pueblo. Había una gran presión para que Zelaya entrara en el país y lo que hizo fue atender el clamor de su pueblo.

--¿Podría producirse una involución en el futuro?

--No sería responsable cerrar los ojos a esa posibilidad, pero confío en que hayamos llegado como nación y como actores políticos a la madurez suficiente para cuidar de que no haya una involución en el futuro, pero debemos estar alerta.

--¿En qué ha salido perjudicada la imagen de Honduras?

--En que es un país que aún no tenía la suficiente madurez democrática y con unas Fuerzas Armadas que todavía siguen pensando en que su rol contra insurgente es de carácter político-ideológico y no de respeto a un marco constitucional. Las Fuerzas Armadas de América Latina deben quitarse esas telarañas ideológicas.

--¿Ha tenido Europa una idea exacta de lo que pasaba?

--No, porque no se ha visto como un conflicto entre democracia o no, estado de derecho o no. Se ha visto como un conflicto entre izquierda y derecha y esa no era la realidad.

--¿Cuál es su deseo de futuro?

--Que los hondureños aprendamos a vivir dentro el orden constitucional y alcancemos la madurez democrática.