El derrumbe de una vivienda en la calle Adarve del Cristo, en el casco antiguo, causó ayer una gran alarma en la zona.

Ocurrió sobre las diez de la mañana, y en el siniestro pudieron perder la vida los tres obreros que trabajaban en las obras de rehabilitación que se están realizando en el inmueble afectado. "Han salvado la vida gracias a esta vecina, que hoy se ha convertido para ellos en la Virgen de la Montaña", comentó a este diario Teresa Sanguino refiriéndose a Dolores Mellado. Y es que ésta, poco antes de las diez llamó a los tres obreros para ofrecerles unos churros, "vinieron a mi casa, estuvieron un momento y justo cuando iban a entrar de nuevo en la obra todo se vino abajo", recordó Dolores.

Ella ha decidido quedarse en su vivienda, "pues mi marido está inválido y los técnicos del ayuntamiento me han dicho que no hay peligro", pero su vecina Teresa ha cerrado su casa, colindante con la siniestrada, y se ha ido con una de sus hijas. "El susto ha sido muy grande, y aunque me han dicho que no hay peligro prefiero irme, al menos hasta que deje de llover tanto".

Tras el suceso se desplazaron de forma inmediata al lugar una dotación de bomberos y técnicos municipales. Estos, tras una primera inspección, ordenaron el cierre de la calle "para evitar riesgos ante posibles nuevos derrumbes", como así sucedió cuando técnicos de la Oficina Municipal de Rehabilitación inspeccionaban la casa, y momentos antes de que al lugar llegara el alcalde y el edil de Tráfico.

El siniestro se originó por el desplome de uno de los muros superiores de la fachada posterior del inmueble, una vivienda del siglo XVIII de tres plantas cuyo interior quedó destrozado. "La causa puede haber sido la intensa lluvia caída los dos últimos días, que se ha filtrado en una zona del muro que no estaba bien revestida y ha debilitado su composición provocando su derrumbamiento sobre las bóvedas que, a su vez, se han desplomado hasta la planta baja", indicó a EL PERIODICO José Luis Sánchez de la Calle, técnico de la Oficina de Rehabilitación.

LLAMADA DE ATENCION Ante lo ocurrido, el técnico municipal señaló que el derrumbe sufrido en la vivienda número 10 de la calle Adarve del Cristo no se ha debido al hecho de que se trate de una casa antigua. Tranquilizaba así a los vecinos colindantes, que temían que la lluvia también pudiera afectar a sus viviendas, "pues el problema no es que la casa sea o no antigua, sino que es un inmueble en el que se han iniciado hace poco obras de rehabilitación, pero que llevaba bastantes años sin ningún tipo de mantenimiento".

Para Sánchez de la Calle la misma situación vivida ayer pudiera repetirse en viviendas de características similares y que lleven años cerradas. Por ello advirtió que lo sucedido "debe servir como llamada de atención para quienes tienen viviendas abandonadas, pues deben ser conscientes de que éstas se pueden ver afectadas en un proceso de lluvia, sobre todo si se produce de forma violenta, y suponer un serio peligro para las personas que vivan en sus cercanías y para la seguridad pública".

Un hecho éste preocupante si se tiene en cuenta que en la zona de la ciudad que incluye la delimitación del Plan de Especial Protección --áreas de Santiago, San Juan, Santa Clara, Ribera del Marco y Ciudad Monumental-- existen entre 150 y 200 inmuebles cerrados, que se encuentran sin uso o semiabandonados y, por tanto, con una falta de mantenimiento que puede suponer un claro riesgo.