El próximo día 19 de agosto los Alba Nieto parten a Miskolc (Hungría) para iniciar una nueva vida. Oscar Alba, Clara Nieto y sus cuatro hijos --Africa, Teresa, Enrique y Santiago-- componen una de las familias cacereñas pertenecientes a las comunidades neocatecumenales cristianas, un grupo de personas que hacen un itinerario de formación cristiana para renovar el bautismo. De este colectivo se despidieron el pasado viernes en la ceremonia del envío llevada a cabo en la parroquia San José. El proceso del camino neocatecumenal supone el traslado a un territorio casi o totalmente secularizado para iniciar allí una nueva vida como familia cristiana con una misión evangelizadora.

Pertenecer a la comunidad no quiere decir que uno tenga que marcharse. El proceso que está viviendo la familia Alba Nieto parte de una maduración dentro de la comunidad, que culmina en una llamada de fe para ir a evangelizar. Esta llamada hace a los cristianos poner su vida a disposición del señor donde quiera que vayan y les necesite.

El proceso se inicia cuando se levantan en las reuniones de su parroquia para mostrar su elección. Después la familia tiene que ir a unas convivencias donde confirmen su deseo de servir a la misión. Tras confirmar, se realiza un sorteo entre los destinos donde se les necesite, principalmente barrios pobres de lugares donde el cristianismo esta casi o totalmente desaparecido, y se les envía junto con toda la familia a vivir.

Una familia cacereña vive en estos momentos en Viena en misión evangelizadora, y otra ya ha vuelto de su misión en República Dominicana. Ambas fueron a sus destinos sin importar su posición social ni el destino o las dificultades que allí encontrarían. "Vamos con algo de miedo, como es lógico, es un país diferente, el idioma es complicado, pero con mucha fe", declara Oscar. El es publicista, una profesión en la que seguirá trabajando a través de internet. Clara es educadora infantil y ha dejado su trabajo para iniciar su nueva vida. No saben el idioma y desde que se levantaron para decidir su camino cambiaron el piso de alquiler en el que vivían por uno más modesto con el fin de sobrellevar mejor la misión a partir de ahora. El matrimonio afirma que se ha sentido muy sostenido por la parroquia, y que "esta llamada es algo que vas viendo en tu vida,