Las palabras del alcalde en funciones, Joaquín Rumbo, poniendo a Aldea Moret como ejemplo de modernidad en Cáceres no han gustado a la Asociación de Vecinos de Santa Bárbara, uno de los distritos de la populosa barriada, que ayer pidió al edil "que se ponga gafas" porque, a su juicio, no ve la auténtica situación de un barrio que "es bien distinto al paraíso y limpio remanso de paz que nos ha pintado el concejal".

Guadalupe Iglesias, presidenta de Santa Bárbara, matizó las afirmaciones de Rumbo e insistió en que las pistas deportivas se encuentran en una situación de "abandono total". Sentenció que a las instalaciones les falta la puerta y la red. Dijo que cada vez que llueve el campo de fútbol se hace intransitable y que los vestuarios presentan deficiencias.

Sobre la limpieza, explicó que "hace cinco años que las plazas no se limpian", que "muchas calles principales no tienen papeleras" y que en Santa Bárbara "se mantienen contenedores viejos".

La dirigente vecinal también se refirió "al estado de ruina" de la sede, con goteras, sin calefacción ni aire acondicionado. "El otro día se cayó un falso techo en mitad de una reunión. Fue horrible", confirmó Iglesias. "Del mal estado del edificio --añadió-- pueden dar fe profesores y médicos que han colaborado con nosotros en alguna actividad relativa a su profesión".

La presidenta aseguró que "el barrio del que Rumbo habla no existe" y añadió: "Si tan bien está que se venga a vivir él aquí, que por las noches no podemos irnos a dormir hasta las tres de la mañana por los jaleos que se forman. Es horroroso".

LAS VIVIENDAS Iglesias también tuvo palabras para la concejala de Asuntos Sociales, Basilia Pizarro, y para el conjunto del gobierno por el retraso que se está produciendo en el desalojo de las viviendas sociales del bloque C de la calle Ródano, que dependen del consistorio y que en su inmensa mayoría están ocupadas de manera ilegal. Aunque Pizarro dijo en junio que el desalojo sería "inminente" y que se desarrollaría a lo largo de ese mes, lo cierto es que ha pasado el tiempo y la situación continúa estancada. En el bloque C, construido en la década de los 80, residen 48 familias y solo 18 lo hacen de forma legal. El ayuntamiento ha realizado un informe para desbloquear la situación.