La plazoleta de entrada a Aldea Moret, junto a la calle Labradores, se convirtió ayer en el escenario de una fiesta popular en la que se dieron cita, desde media mañana y hasta bien entrada la noche, vecinos y numerosas asociaciones de la ciudad.

Bajo la denominación de Fiesta por la integración de Aldea Moret , este encuentro social y cultural pretendía ser una herramienta "con la que ir rompiendo poco a poco las barreras físicas, y sobre todo, psicológicas que separan a Aldea Moret del resto de la ciudad y viceversa", explicó Jesús Tato, miembro de la Asociación Socio-Cultural Aldea Moret, colectivo organizador de la fiesta, en colaboración con la Plataforma Ribera del Marco.

Ayer hubo música, un chiringuito, internet gratis y karaoke, a cargo del Nuevo Centro del Conocimiento de la barriada, puestos de venta, patatas con carne para comer y migas para cenar. El broche a la jornada festiva llegó de la mano del grupo de rock cacereño La Bruja Roja.

A la invitación de los organizadores de la fiesta, además de la Plataforma de la Rivera del Marco y el NCC, respondieron Adenex --que informó sobre las energías renovables y su oposición a la refinería de Tierra de Barro--; Comercio Justo o la Confederación General de Trabajadores.

Tato mostró el "orgullo" de todos los vecinos por ser y trabajar para Aldea Moret y destacó que con esta actividad también querían demostrar que en el barrio está emergiendo "una conciencia de grupo que contribuirá al cambio social que es necesario".

La fiesta de ayer se enmarca en el proyecto El olvido está lleno de memoria: presente, pasado y futuro de Aldea Moret , que se inició el lunes con una exposición y una mesa redonda, y también quiso ser el colofón al trabajo realizado por la asociación socio-cultural desde su fundación, hace apenas un año.