"Estuve en la exposición el día de la inauguración y la instalación me pareció una salvajada. Al principio mis amigos decían que no, pero parece que ya están cambiando de opinión. Son animales y tampoco estoy a favor de que se maltrate a los toros. No pongo en duda que sea una propuesta artística, pero no me gusta. Al principio creí que el sonido de los grillos en la habitación provenía de un equipo de música. Hablé también con el artista y sus explicaciones no me convencieron. Me dio pena ver a tantos insectos agonizando. No es lo mismo pisarlos por la calle que utilizarlos para buscar la proyección artística de uno".