«Ratifico mi inocencia. En 27 años de relación no he agredido a mi mujer ni física ni verbalmente». Así se refirió el alcalde de Malpartida de Cáceres, Alfredo Aguilera, en el último turno de palabra que le concedió la jueza antes de dar por concluida la vista en la que se le juzgó por un presunto delito de violencia de género. Sí reconoce, no obstante, que durante diferentes riñas los dos se insultaban, pero siempre «en un contexto de discusiones matrimoniales».

El Ministerio Público le acusa de un delito de violencia de género y de lesiones leves. La fiscal entiende que no se le puede acusar de un delito continuado de maltrato, aunque sí por los hechos que ocurrieron el 13 de julio del 2016 (cinco meses antes de que pusieran fin a la relación). Aquel día la pareja discutió y él, según cree la fiscal y relata también su exmujer, «la zarandeó, la empujó y la golpeó en las piernas». Ella no acudió a ningún centro médico «por miedo», según declaró ayer. Aunque sí se fotografió los hematomas que tenía, según explicó, en la parte interna de los brazos, en las piernas y en la barbilla. Lo hizo aconsejada por su hermano, que descubrió las lesiones.

Casi un año después Aguilera cursó la denuncia de divorcio. El juzgado acordó la custodia compartida y fijó la manutención que debía pasar a su exmujer por los dos hijos que tienen en común, ambos menores de edad.

El 11 de septiembre del 2017 Aguilera denunció a su exmujer por coacciones, causa que ha sido archivada. Unos días después ella le denunció a él por malos tratos, 14 meses después de suceder los hechos. Según ella los episodios de violencia de género han sido continuados en su relación, por eso la acusación particular pide dos años de prisión por agresiones y amenazas y que cumpla 30 días en beneficio de la comunidad por injurias.

Según el informe del forense, que se realizó después de que su exmujer le denunciara, esta no presenta un perfil compatible con una situación de violencia de género y maltrato habitual.