¿Cuántas botellas abre a lo largo de la semana? Agua mineral, refrescos, zumos, leche... Pues bien, esos tapones, uno por uno, valen su peso en plástico, o mejor dicho, valen su peso en oro, porque pueden contribuir a una causa solidaria con una pequeña de 5 años que padece parálisis cerebral. Alicia Corchero Piris reside en Valencia de Alcántara y su enfermedad no tiene cura. La familia trata de adaptar la vivienda y el vehículo para hacer al menos su vida más cómoda, pero el coste es excesivo y los padres no pueden afrontarlo. Por ello, el centro Ruta de la Plata está encabezando una campaña que consiste en recabar el mayor número de tapones, lo que permitirá a la familia obtener dinero al entregarlos a una empresa de reciclaje.

El primer envío ya se ha realizado. "Desde el inicio de la campaña, en julio, se han llenado tres urnas de 2 metros cúbicos. Un transportista voluntario se ha encargado del traslado", explica la gerente del centro comercial, Rocío Pérez, impresionada por la respuesta de los ciudadanos. "Hay un trasiego continuo, la gente llega con bolsas repletas, vienen responsables de colegios e institutos para hacer las entregas de todo lo que han reunido", señala. Está previsto que la campaña continúe hasta diciembre.

Y falta hace, porque el plástico se paga a muy bajo coste. "Estamos en conversaciones con una empresa de Córdoba que nos ofrece 300 euros por tonelada. Más cerca no encontramos ninguna, y más lejos se nos va el dinero con solo pagar los portes", explica Ana Belén Piris, la madre de Alicia. Además, los tapones pesan muy poco. La campaña lleva desde abril en los pueblos del entorno, y desde julio en el centro comercial, y aún no se ha reunido una tonelada pese a la voluntad de la gente.

Agradecimiento

Por eso es tan importante que los ciudadanos se involucren en la entrega de tapones. No obstante, la madre de Alicia solo tiene palabras de agradecimiento hacia cuantos han colaborado ya con su hija de una u otra forma. "Los tiempos están muy mal para todos, incluso así la gente ayuda", reconoce.

Alicia padece encelopatía hipóxica isquémica severa. Sus padres tienen un coche pequeño, de modo que necesitan otro más amplio y además realizar adaptaciones por valor de 8.000 euros. Solo así la niña podrá desplazarse. Pero además precisa reformas en su hogar, por ejemplo en el baño, aunque afortunadamente ya le han facilitado una grúa especial. En cambio no tiene ascensor, vive en un segundo piso y la instalación de un elevador hidráulico supone 15.000 euros. De hecho, la niña solo puede moverse en silla de ruedas. A todo ello hay que unir la compra y mantenimiento de productos ortopédicos.

"Lo llevamos con ánimo porque no tenemos otro remedio. Lo que nosotros queremos es darle a Alicia la mejor calidad de vida posible, porque demasiado lleva ya consigo", lamenta Ana Belén. Sin embargo, los padres, conscientes de los tiempos de crisis, no han querido movilizar a nadie. Fueron sus vecinos los que empezaron a hacerlo. Después los pueblos del entorno, la comarca, Cáceres...

Valencia de Alcántara ha programado algunas actuaciones musicales, entre ellas Tributo a Joaquín Sabina . Una gasolinera de Badajoz se ha unido a la recolecta. Los vecinos de Las Huertas organizaron una chocolatada que permitió adquirir una silla adaptada. La Mancomunidad Sierra de San Pedro ha cedido la grúa de transferencia que se hallaba en el Centro de Formación de Valencia de Alcántara. Un familiar también ha repartido huchas... "No hay palabras", dice la madre. Quizá no haya palabras, pero sí muchos tapones.