Juanma Zamorano, un cocinero con nombre propio. Jefe de cocina del Restaurante Oquendo, situado en la calle Obispo Segura Sáez, número 2. Empezó en la cocina por casualidad, muy querido por la gente que le conoce, muy trabajador, divertido, buena persona, muy solidario- Un placer haberle conocido más de cerca. Su famosa frase, 'Mari chocho', ha dado la vuelta al mundo y le ha convertido en un personaje mediático.

--¿Dónde nace Juanma Zamorano?

--En Cáceres, en una familia de ocho hermanos.

--¿Cómo recuerdas tu infancia en Cáceres?

--Muy divertida, pelando perdices. Mi padre era cazador, empezábamos a comer perdices el lunes y terminábamos el domingo. Mi madre las cocinaba de todas las formas posibles. Ten en cuenta que éramos diez de familia y había que hacer maravillas para llenar tantos estómagos. Eso ha hecho que aborrezca la caza.

--¿Y lo recuerdos de tu adolescencia y juventud?

--Tuve la suerte de tener cuatro hermanos delante de mi que me fueron abriendo el camino. Tuve una adolescencia muy sana y divertida. Pasé muchas horas en El Chicha, en la plaza de Santiago. Eso sí, nunca estrenaba ropa, todo lo heredaba de mis hermanos mayores.

--¿Qué música escuchabas?

--Desde que yo recuerdo, y hasta ahora, copla mucha copla. Me encanta. Conozco a todas o la mayoría de las copleras extremeñas, son mis amigas. Soy un enamorado de Cádiz, Chipiona,Rota, El Puerto, Sanlúcar... Estuve veraneando allí durante quince años.

--¿Cuándo empezó tu inquietud por la cocina?

--En casa, con tantos de familia, siempre hay que ayudar; así que el primer contacto con la cocina,fue con mi madre. Pero la verdad es que fue por casualidad. Yo me quería ir de vacaciones a Italia, con mis amigos, y necesitaba dinero. Me enteré de que en la Universidad Popular daban un curso de cocina remunerado y me apunté. Lo impartía Pilar González y allí descubrí mi pasión por la cocina. Al final no me pude ir de viaje a Italia porque me salió trabajo y desde entonces y hasta ahora no he parado de trabajar.

--¿En qué sitios de Cáceres has trabajado?

--Mi primer trabajo para ganarme unas pelillas fue descargando muebles en Muebles Santo Domingo. El segundo, ya después de hacer el curso de cocina, en el Museo del Vino, de cocinero. El tercero en la Cervecería Bruselas, recién inaugurada. Luego en un restaurante italiano y desde septiembre de 1998 en el Restaurante Oquendo, donde estoy de jefe de cocina. Todo esto simultaneándolo con mis apariciones en radio, televisión y ahora con una serie diaria que tengo en facebook, junto a Lani, 'La China', desde la cocina del restaurante. Está gustando mucho,curiosamente nos han llamado de un periódico nacional para interesarse por la serie, y quien quiera seguirla que me pida amistad (risas).

--¿Qué cambiarías de esta ciudad?

--Le daría vida y a sus ciudadanos los dotaría de más tolerancia. Si no hay tolerancia, no se avanza. Creo que el 'Sálvame' y programas de ese tipo, en el que el deporte nacional es hablar mal constantemente unos de otros, ha hecho mucho daño a la sociedad en general porque al final son conductas que se imitan y se aprenden. Creo que la crítica es buena y necesaria; pero siempre que sea constructiva, con respeto, no destructiva y llena de envidia, que es lo que se denota últimamente en el ambiente.

--¿Cómo es un día de trabajo en la vida de Juanma?

--A las diez de la mañana quedo con Pablo Medrano, mi jefe y amigo. Tomamos un café en Monte Bianco, compramos el pescado en la pescadería Salgado,vamos a dar un paseo hasta la Plaza de Toros y vuelta hasta el restaurante Oquendo, que es mi segunda casa. Todos los días hacemos el mismo recorrido. Llegamos sobre las once y desde esa hora empiezo a trabajar hasta las cuatro y media, descanso, dando otro paseo por la ciudad, hasta la hora de volver al trabajo, las siete y media de la tarde, termino sobre las doce de la noche y así todos los días del año. Sólo descanso los domingos por la tarde y los lunes, el resto de los días trabajando con mucho amor. Soy feliz en mi trabajo y me siento muy valorado, es con lo que me quedo, con la gente que me quiere.

--¿Dime tus bares o restaurantes preferidos en Cáceres?

--Oquendo, Atrio-, y me gusta mucho lo que está haciendo Juanmi Palacios en Eustaquio Blanco.

--¿Y para ir de copas con los amigos?

--Salgo muy poco, pero el Karaoke de Alfredo en Virgen de la Montaña es donde suelo ir a divertirme y de paso doy rienda suelta al artista que llevo dentro (risas).

--¿A qué lugares de los alrededores de Cáceres donde irías para desconectar?

--Primer destino al que iría, Montánchez, a comer un buen plato de jamón ibérico al 'Pitogordo'. Segundo destino, San Martín de Trevejo, a su restaurante 'Los Cazadores' y me pediría el Bacalao a la kika. Tercer destino, el monasterio de Guadalupe, que simplemente con el aperitivo que te ponen en la Hospedería las dos camareras tan amables ya desconectas. Cuarto destino para descansar, La Casa de Pasarón, en Pasarón de la Vera, donde te atiende Susana a las mil maravillas. Quinto destino, y no enumerados por orden de preferencia, El Villa Xarahiz, en Jaraíz de la Vera, un destino perfecto tanto para comer como para dormir.

--¿Qué significa para ti ser cacereño?

--Un orgullo, allá donde vaya soy profeta de mi tierra; me siento querido y reconocido; reconozco que tengo una gran suerte y lo agradeceré siempre.

--¿Qué recetas extremeñas son tus preferidas?

--Una buena sopa de tomate o de ajo no pueden faltar. El frite de cabrito de la Vera, buenísimo. Unas migas con huevo frito, riquísimas. Y de postre, biscuit de higos. Y todo eso lo tenemos en Oquendo.