TAtl ver la colección de cuadros de Consuelo Hernández (Tornavacas) nos damos cuenta de que esta pintora con largo camino recorrido desde su primera exposición, en 1979, ha invertido mucho tiempo de aprendizaje y ejecución pictórica en descubrir todos los secretos y la generosidad dibujística de materiales como el grafito y la sanguina, medios considerados básicos o menores por ser de las primeras herramientas con las que todo pintor se inicia, y en muchos casos quedar relegadas a marcar unos primeros trazos orientativos que nunca se verán en la obra terminada. Consuelo Hernández deja clara su atracción por el dibujo clásico y académico, trabajado a la usanza de los renacentistas, aunque en un contexto actualizado, con el fin de plasmar lo más fielmente lo que ven sus ojos y sienten.

Podemos contemplar dos dibujos de una misma ciudad, Salamanca, abarcada en ambos casos por una generosa horizontalidad, cuyos elementos urbanos se ven perfectamente ubicados y pulcramente delineados. U otros dibujos --que a simple vista parecen grabados-- realizados con acrílico muy diluido y trazos de tinta tratados con milimétrica precisión para generar una sugerente textura. O dibujos de gran formato resueltos con grafito y sanguina, que tratan figuras humanas y las conceptúan: la serenidad de un anciano que nos mira con semblante circunspecto; un joven tendido de espaldas meditabundo sobre un territorio de nadie --un logrado trabajo de perspectiva--; una joven que nos adentra en la sensualidad femenina. En algunos dibujos captamos ligeros descuidos en la dirección del trazo, sobre todo en líneas verticales.

Por otra parte descubrimos a la pintora alquimista, aquí alejada de modos académicos y más entregada a ofuscar en la compleja química del color, mezclando ávidamente tonos fríos y cálidos de forma liviana sobre la superficie pictórica para obtener múltiples matices cromáticos suaves y difusos con los que impregnar sus particulares y armoniosas composiciones figurativas.

Encontramos en esta muestra, fechada desde 1988 hasta 2008, la obra de una artista reveladora y dicotómica, cuyos dibujos y pinturas adquieren una dimensión diferenciada que el observador sabe percibir.