El Gran Teatro acoge esta noche uno de los acontecimientos musicales del año en la capital cacereña con motivo del Festival Cáceres Pop Art. De nuevo juntos en el escenario, como ya hicieran en junio del año pasado, Los Secretos y la Banda Sinfónica de la Diputación de Cáceres ofrecerán un concierto que incorpora nuevos arreglos de clásicos de la banda madrileña. Con todo vendido, la música comenzará a sonar a las 21.30 horas.

--¿Cómo se ha gestado esta segunda entrega con la banda sinfónica de la diputación?

--Hemos continuado con lo que empezamos hace más de un año. Nos encanta hacerlo, pero es complicadísimo: juntar a gente que toca en una banda para tocar con nosotros y que todo salga muy bien, del gusto del público y que sea de calidad. Los arreglos llevan su trabajo. Hemos ganado algunas canciones más hasta concluir con un repertorio completo para estar al menos una hora y cuarto sobre el escenario. Tenemos muy buena relación con la gran Banda Sinfónica de la Diputación de Cáceres. Es un placer volver a tocar con ella.

--¿Cómo recuerda la primera experiencia del año pasado?

--Fue espectacular. La gente se lo pasó fenomenal. Que la velada sea satisfactoria ya es todo un éxito. No es menos importante que la recaudación en taquilla. Eso da igual si la gente no disfruta con tus espectáculos. Fue una gozada. Estábamos muy pendientes de no equivocarnos porque, al fin y al cabo, somos una pieza de cinco músicos que se sujeta con otra de setenta y dos. La sensación es de mucha responsabilidad y goce porque es muy divertido.

--¿Qué temas han incorporado?

--Hemos rescatado dos más (Buena chica y Reina de corazones ) porque no es fácil de un año para otro. Sí que hemos depurado arreglos y nosotros hemos practicado más, haciendo más conciertos. Va a ser un espectáculo triple en el que hacemos una primera parte con un formato acústico muy esencial, lo siguiente en acústico más la banda, sin instrumentos eléctricos para no interferir con la orquesta, y, al final, hacemos una última parte eléctrica como fin de fiesta. Es un concierto complejo porque son tres formatos distintos. Con la banda sinfónica tocaremos un total de trece temas.

--¿Qué sensación tiene cuando se baja del escenario?

--Termino eufórico, cansado y con muy buenas sensaciones y felicitando a los músicos que nos han acompañado. Confraternizas con ellos porque antes no has tenido oportunidad. Con esta orquesta es la segunda vez, el año pasado hicimos dos ensayos. Son gente encantadora, muy jóvenes y con mucho futuro.

--El Gran Teatro es una bombonera, un lugar cálido...

--Puede ser una broma, pero eso influye en cómo tocas y en cómo recibe el público la música. No es lo mismo tocar en un sitio con hormigón por todos los lados que en otro que esté hecho tanto para el arte y la música.

--Después del reto que han afrontado con bandas sinfónicas, ¿qué les queda por hacer? --Quiero ser como quienes me aficionaron a la música, gente de sesenta y tantos años como The Eagles o Fleetwood Mac, que este año tenían programados 150 conciertos. No tienen la mentalidad de ser números unos o famosos, tienen una cultura del respeto a la música.

--Dos visitas en un mes. El próximo viernes vuelven a Mérida, a la sala Izaro...

--Con un formato eléctrico, el mismo de la gira del pasado invierno y este verano. Suena distinto, pero somos nosotros.