Alguien conoce una obra de 500.000 euros que no haya inaugurado ningún político? Difícil en los tiempos que corren. Pero la excepción es Alzapiernas, que ayer quedó abierta sin ningún tipo de acto oficial. No se había programado nada por la polémica que arrastra la obra desde que se presentó el proyecto hasta su término, cinco meses después de lo previsto. Y menos mal, porque los contratiempos siguen persiguiendo a esta calle, que ayer sufrió su enésimo varapalo. Solo se pudieron abrir las rampas y las escaleras de granito, pero no las eléctricas, por ciertas diferencias en el contrato de mantenimiento que el ayuntamiento quiere despejar antes de firmar. Ya lo dijo ayer el portavoz municipal, Andrés Licerán: «Hoy se abre la puerta de Alzapiernas, pero probablemente no cerremos el capítulo de esta calle».

Y es que sobre el proyecto también pesa una denuncia ciudadana por la falta de accesibilidad universal de la vía, no apta para sillas de ruedas. Esta carencia se sabía desde el principio por el fuerte desnivel del trazado (6,5 m. de altura en 27 m. de distancia con un desnivel del 23%), y por eso se habilitaron dos alternativas paralelas por las calles Sánchez Varona y Zurbarán, que tampoco ofrecen una solución según los colectivos de personas con discapacidad.

Esa denuncia, interpuesta ante la Junta de Extremadura por un ciudadano con discapacidad visual, Juan Carlos Caso, que además es portavoz de la Agrupación Vecinal de Cáceres, puede acabar generando nuevas consecuencias para la calle. «Puede que tengamos algún tipo de requerimiento administrativo o judicial», explicó ayer Andrés Licerán, indignado con la cantera de problemas que ha generado la obra. Desde el propio Gobierno local se duda de que «cumpla la ley de accesibilidad».

Visto lo visto, «aunque hoy se abra Alzapiernas, no acaba el suplicio que ha supuesto este proyecto, mal ideado y mal ejecutado, que no debería haberse realizado en estas condiciones jamás», denunció ayer el portavoz municipal, recordando que cuando estaba en la oposición, el Grupo Socialista ya criticó la obra y propuso alternativas. «Esta calle va a seguir generando problemas no solo a los comerciantes sino a todos los cacereños, tenemos serias dudas de que hoy acabe el calvario de Alzapiernas», auguró Licerán.

LA ‘HISTORIA INTERMINABLE’ / Una rápida recopilación explica esta polémica en torno a la calle, principal acceso turístico a la plaza Mayor y el casco histórico, por la que pasan cada año 900.000 personas. El proyecto inicial se presentó en mayo de 2018 por la entonces alcaldesa, Elena Nevado, con dos tramos de escaleras mecánicas que salvaban buena parte de la calle. Sin embargo, debido a las quejas de la oposición y de distintos colectivos, se modificó hasta dejar un solo tramo de escaleras mecánicas en la parte superior, y el resto de la calle prácticamente con la misma distribución que tenía de rampas y escaleras (a la postre ha generado críticas porque apenas supone cambios, salvo los peldaños más incómodos y agrupados).

Las obras arrancaron el pasado 28 de enero con un plazo de tres meses para estar listas antes de Semana Santa. A las 48 horas ya se habían paralizado por la aparición de una canalización antigua, luego sobrevino otro parón por un hallazgo similar. Vista la demora, los trabajos se suspendieron entre abril y junio para instalar una rampa provisional a fin de que los negocios, muy indignados, no sufrieran más perdidas durante las fiestas de primavera (procesiones, Womad, novenario de la Montaña…). Hubo que esperar al 13 de agosto para la instalación de las escaleras mecánicas. Una semana después, la rotura de una alcantarilla a causa de las obras obligó a cerrar un negocio aledaño por el hedor y los roedores. Ayer por fin se esperaba la apertura de la calle, que no ha podido ser completa.

Y así se mantendrá hasta que el ayuntamiento firme el contrato de mantenimiento de las escaleras mecánicas con la constructora, GC 10 Gestión y Obras. Parece ser que ésta asumirá los gastos durante seis años, pero existen algunas cuestiones en el articulado del contrato que los técnicos municipales prefieren aclarar «para dejarlo bien redactado de cara al futuro. No son diferencias importantes, pero no queremos poner las escaleras en marcha hasta que las condiciones resulten óptimas», explicó Andrés Licerán.

Respecto a la denuncia presentada por Juan Carlos Caso, él mismo precisó ayer a este diario que desde junio ha enviado dos correos a la Consejería de Sanidad para conocer en qué trámite se encuentra, y de momento solo ha recibido el silencio administrativo. «Alzapiernas no cumple las normas de accesibilidad, tampoco Sánchez Varona, y además las calles por las que nos desvían, como San José o Parras, tienen acerados inferiores a 1,80 metros con lo cual tampoco cumplen con los itinerarios accesibles», afirmó Caso.

Mientras tanto no hay fecha para la apertura total de Alzapiernas. «Posiblemente sea rápido», dijo ayer Andrés Licerán, aunque con esta calle nunca se sabe...