Los empresarios de Alzapiernas estallan ante otra obra prevista para este verano en las calles Moret y Paneras. Servirá para mejorar el sistema eléctrico y afectará a los primeros números de Moret (los ubicados más cerca de Alzapiernas) y a toda la calle Paneras. Según el ayuntamiento la empresa que las llevará a cabo tiene licencia para acometerla entre julio y agosto, por lo que probablemente comience a partir del mes que viene, aunque no han concretado la fecha.

Los comerciantes y hosteleros no pueden más: «Como sigamos así vamos a tener que cerrar los negocios, llevamos muchos meses sufriendo», se queja el propietario de la tapería Los Ibéricos, Santiago Guerra. Se refiere a Alzapiernas, que continúa en obras y cortada (ayer se llevó a cabo el hormigonado de la calle para tapar el agujero en el que se colocará la maquinaria que accionará la escalera mecánica).

«Esto parece ya una broma. Con todo lo que llevamos y ahora abren la calle Moret. Es desesperante», añade Diego Bravo, de Retales Manolo, al que también afectará la nueva actuación, junto con la ferretería Mateos Rebollo y la tienda Los Ibéricos, de embutidos y productos extremeños.

Aseguran que reclamaron al ayuntamiento que la nueva obra no se ejecutara durante el mes de agosto, uno de los mejores en cuanto al turismo en la ciudad. «Les hemos pedido que no nos destrocen la vida, que en agosto no lo hagan porque es el mejor mes del turismo (después de Semana Santa), pero nada, les ha dado lo mismo», insiste Santiago Guerra. Este hostelero ha tenido que despedir a un trabajador que había contratado durante el tiempo en que estuvo abierta la calle Alzapiernas (desde Semana Santa hasta después de la feria) porque la actividad ha caído desde que se reanudaran las obras -ya despidió a otra camarera hace unos meses por lo mismo-.

Teme que con la actuación de Moret y Paneras la situación empeore: «Ya es insoportable pero el golpe que nos pegan ahora lo remata. Quién se va a querer sentar en la terraza con una máquina haciendo ruido y abriendo las baldosas, nadie», protesta. Y exige al ayuntamiento que dé la cara: «El problema es que no hay nadie en el ayuntamiento que les diga que esa obra en agosto no se puede hacer para no hacernos daño, que tienen que hacerla en otro momento», añade. Dice que ha acudido al consistorio para abordar este asunto en varias ocasiones pero que no se le ha recibido.

El ayuntamiento, por su parte, aclara que la obra afecta principalmente a la calle Paneras, y solo a unos cuantos números de Moret. Y asegura que se ha avisado a los comerciantes y hosteleros hace tiempo de la misma. La actuación, añaden fuentes municipales, no conllevará el cierre de ninguna de las dos calles, ya que se prevé que se abra una zanja en la parte en la que se introducirá el cableado pero se podrá pasar por el otro lateral.

CORTE EN PARRAS / Mientras tanto las obras en la calle Alzapiernas continúan. Ayer se cortó al tráfico la calle Parras para introducir la maquinaria necesaria para el hormigonado de parte de la vía. Estaba previsto que los trabajos duraran unas dos horas pero finalmente solo necesitaron treinta minutos para realizarlos. Según la previsión del consistorio es que la escalera mecánica esté lista antes de que acabe el verano, aunque no se ofrecen fechas concretas.

Los empresarios de la zona insisten en que se necesitarían más operarios para agilizar la obra, en la que trabajan solo dos obreros, según ellos mismos aseguran. «Han tardado un mes y medio en poner 16 baldosas», se queja Santiago Guerra. Se refiere al tiempo que obligaron a cerrar el bar a Juan Manuel Fragoso (de La Esencia Extremeña) porque la obra se iba a concentrar justo en la puerta de su local. Terminaron el pasado sábado y Fragoso espera reabrir mañana, después de adecentar el establecimiento.

Por otro lado, critican la rampa que se ha instalado en el acceso a Alzapiernas desde la calle Parras porque su pendiente supone un peligro para las personas con discapacidad: «Si la bajas en silla de ruedas te estampas contra la pared. Subirla es imposible», aseguran.