La escalera mecánica de Alzapiernas solo será de subida. El ayuntamiento ha tomado esta decisión por seguridad, para evitar que se formen aglomeraciones en la calle Parras y que los usuarios invadan la calzada. La escalera funciona en ambos sentidos (subida y bajada) a través de un sensor que detecta el lugar en el que se encuentra el usuario para activarse en una de las dos direcciones. De hecho la firma que la fabrica (Thyssen) recomendaba que se utilizaran de esta manera, pero el consistorio nunca lo tuvo claro. Por esta razón, desde que se pusiera en funcionamiento, se han usado las dos direcciones a modo de prueba, para decidir si era viable esta posibilidad. Finalmente, y ante el volumen de personas que transitan a diario por esta vía de entrada a la ciudad monumental (de media unas 90.000 al año), se ha decidido eliminar el sentido bajada. Por tanto, los viandantes que quieran descender por esta calle deberán hacerlo a partir de ahora por la escalera convencional.

El sensor no era inmediato, sino que para cambiar la dirección era necesario esperar a que la escalera se detuviera una vez que terminara el trayecto que estaba realizando. El principal problema se daba precisamente cuando la escalera funcionaba en sentido subida porque, hasta que se activaba en la otra dirección, los que estaban en Parras tenían que esperar un tiempo hasta que conseguían bajar. En ese periodo podía llegar a acumularse en Parras un gran número de personas que, debido a la estrechez de la acera, se veían obligadas a invadir la calzada. Esto conlleva peligro de atropellos, ya que esta vía tiene gran afluencia de vehículos. O incluso retenciones porque, al estar la carretera ocupada por peatones, los coches se veían obligados a detenerse hasta que los viandantes puedan reanudar la marcha.

Desde ayer al acceder a la escalera desde la calle Parras los peatones se encuentran con una señal de prohibido el paso en el suelo. Son los indicativos que ha colocado el ayuntamiento para advertir a los usuarios de que la escalera no se puede utilizar para bajar.

Es el enésimo revés que sufre Alzapiernas, un proyecto de la anterior legislatura pero que se ha estrenado hace unas tres semanas. Primero fue la noticia de que la escalera mecánica no ocuparía la calle al completo, sino que solo se instalaría en el último tramo (el proyecto inicial contemplaba que la escalera mecánica fuera de un lado a otro de la cuesta).

Después vinieron los retrasos: la obra comenzó en diciembre del año pasado y debía haber concluido antes de Semana Santa, pero ha tardado nueve meses. Esto ha provocado numerosas quejas por parte de los comerciantes y hosteleros de la zona, cuyos negocios se han visto perjudicados por los trabajos. De hecho uno de ellos prepara una demanda judicial para reclamar las pérdidas que ha sufrido mientras se ejecutaba. Se trata del propietario de La Esencia, a quien el ayuntamiento le obligó a cerrar durante casi dos meses porque los trabajos se centraban justo en la puerta de su establecimiento.

Y todavía se tiene que resolver la denuncia que ha interpuesto una persona con discapacidad ante la Junta de Extremadura porque considera que la reforma no cumple la ley de accesibilidad universal. Mientras tanto, y para evitar que sufra actos vandálicos, la escalera se controla las 24 horas del día a través de un sistema de videovigilancia conectado directamente con la policía.