Las rampas de la calle no cuentan con el ancho permitido, que es de 1,80 metros. Y tienen pendientes muy superiores a los límites legales; según los tramos son del 22, el 23 o el 25%, cuando deberían tener un 8 o un 10% dependiendo de la longitud de la vía. Además no cuentan con barandillas de doble altura. Y las escaleras mecánicas son estrechas.