La amenaza de denuncias volvió ayer a echar por tierra la celebración de tres conciertos en la capital cacereña. Organizados con motivo de la fiesta que celebró en El Corral de las Cigüeñas el semanario cultural Avuelapluma , este local situado en la parte antigua se vio obligado a suspender las actuaciones de Maggot Brain, El Desván del Duende y Mansaborá Folk antes de que se iniciaran tras personarse la policía local en el establecimiento alrededor de las 16.30 horas.

El jefe de la policía local, César García González, confirmó posteriormente a este diario que en la jefatura recibieron ayer por la tarde una llamada de uno de los responsables de la sala Aldana, situada en la misma zona, informando de que se iba a celebrar un concierto sin permiso. Carlos Marcos, uno de los socios del local, negó en rotundo ser el autor de este aviso. "No tenemos nada que ver con eso", aseguró.

Según explicó Luis García, responsable de El Corral, se decidió no ofrecer música en directo ante el temor a ser denunciados, extremo que no llegó a producirse porque los músicos no llegaron a subirse al escenario. El Corral de las Cigüeñas no contaba ayer con permiso alguno para poder ofrecer las actuaciones, aunque tanto responsables del establecimiento como de Avuelapluma señalaron que iban a darse "en acústico". Este local fue denunciado en septiembre del año pasado durante el festival pop por no contar con autorización. "No es un problema de molestias. Nos denuncian por falta de licencia", afirmó ayer García, que anunció que los cinco conciertos programados la próxima semana coincidiendo con el Womad han quedado cancelados. En su lugar, tiene previsto programar sesiones de "músicas del mundo" con disc-jockeys .

La falta de conciertos se repite desde hace más de un año a la espera de que el ayuntamiento termine de elaborar una normativa para que los establecimientos que quieran dar música en directo puedan cumplir todos los requisitos. La situación ha obligado a los hosteleros a solicitar permisos especiales para ofrecer actuaciones puntuales.

INDIGNADOS Aunque la fiesta por los primeros 100 números de Avuelapluma pudo continuar, Rubén Gundín, director comercial del semanario, calificó como "una auténtica vergüenza" que los conciertos hubieran tenido que ser suspendidos. "No se molesta a nadie. No se entiende que pase algo así ante las autoridades que han venido al acto y en una ciudad que aspira a ser capital europea de la cultura", aseguró indignado.

El público mostró su sorpresa porque el acto hubiera estado apadrinado por políticos de las principales instituciones extremeñas ya que, con anterioridad a la suspensión, se entregaron los primeros premios que concede esta publicación a asociaciones y entidades vinculadas a la cultura en la región. Entre otros, asistieron los presidentes de la Junta, la Asamblea de Extremadura y la diputación cacereña, además de la alcaldesa de Cáceres y el concejal de Cultura.