Los ojos de Amimi transmiten bondad. En los soportales de la plaza Mayor, este vendedor marroquí de 76 años, vestido con chillaba y gorro de punto, sonríe cuando este periodista se acerca a saludarle un mediodía de marzo. Ha visto pasar a generaciones de cacereños y a miles de turistas desde su tenderete, convertido en un bazar a pie de acera.

Historia viva de los primeros inmigrantes que llegaron a Cáceres en los 70 y ejemplo presente para los jóvenes, Amimi quiere seguir cumpliendo años en la ciudad. El antropólogo marroquí Rachid el Quaroui, vecino también de la capital cacereña, hace un repaso a su trayectoria vital en el estudio titulado Amimi, historia de vida , que puede consultarse en la web de la Asociación de Ciencias Sociales de Extremadura (http://sociologiaext.wordpress.com/2007/09/13/ ).Con el objetivo final de hacer unaradiografía de la inmigración, este experto explica cómo Amimi --traducido al nombre de Tito en castellano-- llegó hace 38 años y al que se unieron después hermanos, hijos y otros familiares, dedicados a la venta ambulante. El clan, procedente del sureste de Casablanca, tenía residencia en Malpartida de Cáceres. Cada mañana se levantaban para ganarse la vida por la provincia. "Primero estuvo en Italia, luego pasó por Francia y Barcelona y recaló después en Cáceres por pura coincidencia", recuerda el Quaroui, que acumula una larga experiencia profesional con inmigrantes en la comarca del Campo Arañuelo y en Cáritas Diocesana en la capital cacereña.El valor de su investigación radica en que la inmigración tiene modelos que seguir y el de Amimi es uno de ellos. A pesar de las dificultades para expresarse en español, se ha ganado la confianza de sus vecinos y ha servido de maestro a otros jóvenes inmigrantes que llegan a Cáceres como Ahmed, que actúa como intérprete para este diario junto a su tenderete en la plaza Mayor. La apertura de la mezquita en la calle Caleros, explica el investigador, ha favorecido su integración. Vive muy cerca de allí para cumplir cada día con su rito religioso. "Antes sufría porque pasaba frío cuando tenía que rezar en la calle", destaca.Ejemplo dolorosoA través de conversaciones con sus familiares, Rachid Al Quaroui ha descubierto a "una persona amable. Su mundo es el sitio donde vive y la Meca" . El antropólogo asegura que Amimi es ejemplo de"la inmigración como una experiencia dolorosa". ¿Pero dónde queda Marruecos? Amimi ha tenido 18 hijos, de los que cinco están viviendo con él en Cáceres. Su primera mujer murió y la segunda continúa en Marruecos, adonde regresa cada año para visitar a familiares.

"Primero estuvo en Italia, luego pasó por Francia y Barcelona y recaló después en Cáceres por pura coincidencia"

"Antes sufría porque pasaba frío cuando tenía que rezar en la calle"

"una persona amable. Su mundo es el sitio donde vive y la Meca" "la inmigración como una experiencia dolorosa"

"Amimi es la memoria colectiva para los inmigrantes en Cáceres, un personaje emblemático. Representa el principio de nuestra tradición migratoria en Extremadura"