Con excepción de la crisis reabierta en Vox Cáceres, lo más significativo de la marcha de Teófilo Amores de Vox es que abre un nuevo escenario de mayorías políticas en el ayuntamiento. La situación cambia diametralmente con un concejal que ya no tiene que sujetarse a la disciplina de un partido. Y no es un edil cualquiera. Con su voto, tanto el arco político de grupos de centroizquierda como el de centroderecha suma trece, número que en la corporación municipal significa tener la mayoría absoluta.

Salaya y su gobierno son sobre el papel los más beneficiados. Con Amores fuera de Vox, un acuerdo decisivo con los votos de PSOE, Unidas Podemos y el nuevo concejal no adscrito ya no es un imposible, algo que con Amores dentro de la formación de Santiago Abascal era descartable. El otro arco de la corporación, el formado por PP y Cs, pierde la garantía de tener a un aliado casi seguro en cuestiones importantes. El resumen de lo que ha ocurrido es que Vox pierde un concejal, Amores gana poder y Salaya está más seguro en la alcaldía, no porque Amores le vaya a respaldar en todo, sino porque ya no tiene el ‘no’ seguro de Vox.

Además lo que ha propuesto Amores en sus más de tres meses de concejal son medidas que se pueden aceptar o estudiar en una negociación. Ayer citó las 24 que ha presentado, en éstas no están las dos mociones (la del patronato taurino y la del cambio de denominación del nombre de calles, que no ha tenido el respaldo de su partido, se le llegó a pedir que la retirase «por tratarse de un gasto superfluo y no porque se propusiese poner más nombres de calles a mujeres», según indicaron ayer desde Vox).

GRUPO PROPIO / Amores ha propuesto acciones como la creación de un nuevo itinerario turístico por los patios cacereños, incentivar que los establecimiento puedan ser accesibles o la creación de una web municipal que aúna todas las actividades culturales. A su vez, el concejal repitió ayer que está abierto a respaldar cualquier medida que «mejore la vida de los cacereños».

El nuevo edil no adscrito explicó ayer que su intención es mantener el acta durante toda la legislatura o al menos «hasta donde lleguen mis fuerzas o por circunstancias familiares». Añadió que el pasado miércoles, cuando formalizó su salida de Vox, dudó en si quedarse o no en el ayuntamiento, pero que al final decidió mantenerse como edil no adscrito y «seguir obrando con absoluta libertad y sin condicionamientos».

Según se regula en el reglamento orgánico municipal, Amores podrá formar un grupo propio, el de los no adscritos, y se le asignará un local o despacho adecuado, podría seguir en el que ocupa, aunque no tendrá derecho a la asignación prevista en el presupuesto para los grupos políticos.