Retomar la ampliación del cementerio no se presenta fácil pese a que no se cuente con nuevos nichos y se estén utilizando los que van quedando vacíos en el camposanto por finalización de la concesión. El portavoz del gobierno, Andrés Licerán, confirmó ayer que se quiere resolver el contrato con la empresa adjudicataria de la obra, Orizontia, y que ya será la Comisión Jurídica de Extremadura la que decida. Entre las funciones de este órgano autonómico está resolver sobre la nulidad de los contratos administrativos. Ahora se abre un procedimiento de varias semanas hasta que este órgano dictamine. Licerán avanzó ayer que mientras se produce este acuerdo se está redactando un proyecto para acometer por emergencia lo que queda de ejecutar de la obra.

Aunque la adjudicataria de la obra es Orizontia, ésta tenía subcontratado el trabajo con Aguaema, que paralizó las obras por la falta de garantías de que iba a cobrar lo ejecutado. El ayuntamiento había citado ayer por la mañana a Aguaema para, entre otras acciones, hacer una relación pormenorizada de los elementos a retirar y para el desmontaje de medios y materiales. Aguaema ha cuantificado en 100.000 euros la cantidad que estaría pendiente de pago y que aún no se ha ingresado.

Licerán también avanzó ayer que se harán obras de emergencia en la parte vieja del cementerio, donde se están utilizando nichos que van quedando vacíos para hacer nuevos enterramientos. Su anuncio se produce días después de que el familiar de un fallecido hiciera pública una queja por el mal estado en el que se encuentra esta zona del camposanto. «Además del momento triste que supone, cuando nos llevaron al lugar donde se deposito el ataúd, era la zona más antigua del cementerio, nos llevamos una desagradable impresión; paredes descochadas, escalones rotos...», detalla en una red social. El grupo municipal de Ciudadano se hizo eco días después de esta queja y pidió que la zona vieja del camposanto se mantenga de forma decente.