El Instituto de Medina Legal (IML) entró en funcionamiento el 27 de enero del 2004, suponiendo para la medicina forense "un sustancial cambio, que ha permitido una forma de trabajo moderna y eficaz", según la valoración de su director, José María Montero, incluida en la memoria del TSJEx.

Su ámbito de actuación es la provincia de Cáceres, y se estructura en dos servicios: clínica forense (reconocimientos en personas vivas) y patología forense (reconocimientos en fallecidos), para los que cuenta con nueve médicos forenses. Su actual situación se considera óptima, pero se apunta la necesidad de disponer de un furgón funerario judicial, "al ser objetivo prioritario en el 2005 la progresiva centralización de las autopsias en la sede del IML"; y de dotar a la sección de laboratorio del aparataje necesario.