TSte dice que en momentos de crisis se agudiza el ingenio, algo que no es un mero dicho en nuestra ciudad. En las redes sociales triunfa el trueque, la venta de segunda mano y las recomendaciones de sitios de triple B (léase: bueno, bonito y barato, sobre todo esto último). En una sociedad donde la práctica consumista es más que preocupante, surgen colectivos que abogan por el 'usar y reusar' -no el 'usar y tirar', que parecía ser el primer mandamiento de nuestro día a día-, llevando el reciclaje a otra fase mucho más interesante de la que nos vendieron hasta ahora.

Hemos pasado de tirar todo lo que no nos gustaba, nos estorbaba o no veíamos utilidad, a trocarlo, revenderlo a buen precio, o incluso a regalarlo. Parece ser pues que la crisis, no sólo agudiza el ingenio, sino que además incita a la generosidad, algo que antaño era impensable, cuando no hacíamos más que adquirir sin sentido, sin medida y sin previsión de futuro.

No se equivoquen, que no quiero dar a entender que la crisis tenga puntos buenos (¡Santa Teresita, que se acabe pronto pronto, y no en los años que pronostican!), pero sí es cierto que a más de uno este jarro de agua fría no le ha venido mal para enterarse de qué sucedía más allá de sus narices durante todos estos años, porque ahora la cosa está terrible, pero hay demasiados que ya vivían ese 'terror' desde hace mucho.

Este verano, sin duda, está siendo diferente para todos; pero si vemos los informativos nacionales, se trata de un verano igual a los de cada año: recomendaciones para el sol, dietas saludables, vestimenta apropiada, lugares de interés y noticias sin trascendencia (salvo algunas excepciones difíciles de obviar).

Quizás antaño nos conformábamos con estos reportajes venidos a menos, pero ahora no. ¿No les indigna ver, año tras año, las mismas noticias, sintiendo que les llega con cuentagotas la auténtica información? Nosotros podremos reciclar ropa, muebles o nuestras propias vidas; pero que no nos intenten vender la misma moto, obligándonos a reciclar veranos, como si no supiésemos que hay más cosas que contar, más cosas que decir y más cosas sobre las que opinar. Diferenciemos qué es apto para ser reciclado y qué no.