Los análisis que la Junta de Extremadura encargó de los vertidos en El Cuartillo confirman que no eran tóxicos ni peligrosos. Los ha llevado a cabo un laboratorio «acreditado desde el punto de vista medioambiental» que descarta que contengan restos de metales pesados o peligrosos o de desechos humanos. Sí se ha observado, no obstante, presencia de grasas y de restos de detergentes, lo que concuerda con que los mismos procedan del tren de lavado de la cocina del nuevo hospital, como ha defendido desde el principio el Servicio Extremeño de Salud (SES).

Además, incide el Ejecutivo autonómico, los análisis también confirman que los vertidos «no han supuesto ni supondrán riesgos para la salud humana» y descartan «posibles filtraciones al agua de consumo humano» (el Partido Popular, que fue el que destapó el problema, había alertado de que las aguas residuales se vertían a un arroyo que conecta directamente con el Guadiloba, de donde se abastece de agua a la ciudad de Cáceres).

MALOS OLORES / La Junta de Extremadura sí reconoce, no obstante, que los vertidos han producido en la finca El Cuartillo malos olores y problemas de índole medioambiental. Por esta razón ya se están llevando a cabo las actuaciones necesarias para la recuperación y la limpieza del espacio afectado, una zona de acceso público ubicada junto a las pistas deportivas.

El problema, como ya informara este diario, ha sido un error de construcción porque la empresa que comenzó a construir el hospital conectó la tubería de este tren de lavado a la red pluvial en lugar de a la de saneamiento, lo que ha provocado que estas aguas terminen en este terreno. Fue la diputación, propietaria de la finca El Cuartillo, la que alertó a la Junta de Extremadura de la presencia de agua sucia en el terreno.

El consejero de Sanidad José María Vergeles ha asegurado en varias ocasiones que ya se ha ejecutado una pequeña obra para corregir el problema, que quedó solucionado el pasado 4 de octubre. Y ha insistido en que era muy difícil que los vertidos fueran peligrosos porque todo el material radiactivo, compuestos químicos o desechos orgánicos de las intervenciones quirúrgicas no se viertan al alcantarillado público, sino que el hospital cuenta con un plan estricto de gestión de estos residuos para evitar contagios.

Por otro lado, la zona afectada continúa anegada de agua. De hecho el espacio se encuentra aún delimitado por vallas. Y el mal olor se mantiene. La Junta aclara que ya no se trata de los restos del tren de lavado, sino que este líquido pertenece a lo que vierten las torres de refrigeración, como ocurre con las máquinas de aire acondicionado, pero ya no es agua sucia. Este problema, afirmó a este diario Vergeles, también está en trámites de solucionarse.

Por otro lado el Ayuntamiento de Cáceres también ha encargado por su cuenta un informe técnico para analizar los vertidos, pero de momento no se conocen los resultados de los mismos.