Cáceres, 9-6-1971. Traumatólogo de prestigio en Toledo y un apasionado de la ciudad en la que nació.

--Como cacereño que regresa periódicamente, ¿cómo ve el progreso de la ciudad en los últimos años?

--Ha crecido mucho. El otro día me pasó algo que me cabreó mucho: tuve que utilizar por primera vez el GPS. Me perdí en La Mejostilla, era de noche y tuve que recurrir al navegador. Lo que me gusta de aquí es la gente, lo agradables que son. He vivido en Pamplona, en Oviedo y ahora en Toledo y como la amabilidad y simpatía de la gente de Cáceres, sobre todo con la gente que viene de fuera, no la hay en otros lados.

--¿No participa de este cierto 'victimismo' del cacereño?

--Es una ciudad funcionarial, sí. La gente prefiere vivir tranquila, más que nada. El objetivo es ser funcionario, no empresario.

--Toledo es un gran centro turístico. ¿Qué tiene que no tenga Cáceres?

--Está más cerca de Madrid. Pero eso es también un problema, porque la gente no se queda a dormir. La ve y vuelve. Cáceres, al estar más lejos, sí se quedan más turistas a dormir. Y se sorprenden muchísimo. Está mucho menos explotada. Allí te venden espadas, armaduras...

--Trabaja al tiempo en la sanidad pública y privada. ¿Cuál es la mejor fórmula?

--El sistema funcionarial tiene que cambiar. Tiene que haber una gestión más eficaz de los servicios médicos, que con criterio empresarial se premie al que trabaja mejor. La sanidad tiene que ser pública, de calidad y universal, pero la gestión tienen que ser empresarial. Eso sí, no estoy de acuerdo con darle los hospitales a grandes grupos.

--¿Fue su padre el que le transmitió la pasión por la medicina?

--Claro. Es lo que he visto en casa. Cuando era pequeño, mi padre era médico de la Universidad Laboral y los fines de semana nos dejaba al cuidado de las monjas allí mientras él pasaba consulta. Yo también hago lo mismo a veces con mis hijos, aunque en el control de enfermería. Mi mujer también es médico, ginecóloga.

--Le gusta mucho la investigación. ¿Con qué anda ahora?

--En el Hospital de Parapléjicos estuve probando si, extrayendo células de la grasa de los conejos, se pueden curar lesiones medulares. Pero los resultados no han sido muy satisfactorios. El tema es ir probando distintas cosas. Las células pueden migrar a la médula, pero no curarla... de momento.