Siempre se ha considerado un defensor de su tierra, por eso, cuando Fernando García-Montoto finalizó sus estudios de Medicina en Salamanca y se especializó en el 12 de Octubre de Madrid, quiso volver a Extremadura. Muchos vieron en su decisión un paso atrás, pero él no lo entendió así. En 2010 se doctoró en Medicina y Cirugía obteniendo cum laude en su tesis doctoral, basada en un estudio de cirugía pediátrica.

Este facultativo cacereño, anestesista del hospital San Pedro de Alcántara, nacido en 1976, es franciscano seglar, está casado y tiene dos hijos. El 14 de julio partirá hacia Bolivia junto a otros médicos cooperantes de la oenegé vasca DOA para aportar altruistamente todos los conocimientos adquiridos en sus años de trabajo.

En realidad es la segunda vez que viaja con este proyecto, la primera fue en 2009. Lo hace con más médicos de España y les acompaña media tonelada de material medicalizado, facilitado en parte por el SES a petición del propio Montoto.

Su misión en el país latinoamericano será la de "operar a los más pobres entre los pobres". De hecho, la expedición viaja a Bolivia porque es la segunda nación más deprimida de América, después de Haití. Allí contará con la ayuda de médicos autóctonos que realizan, según el anestesista, una de las labores fundamentales: la criba de pacientes. "Nosotros vamos para atender a los más necesitados, por eso primero miramos su condición económica", relata. Y es que la picaresca suele crecer entre la población, sobre todo teniendo en cuenta que su sistema sanitario les obliga a hacer frente a los gastos del material quirúrgico que necesitan.

Fernando García-Montoto se encuentra dentro del equipo de traumatología. "Operamos de sol a sol hasta que el cuerpo aguanta". La ciudad donde se ubica el centro de coordinación se asemeja en censo a la población de Cáceres, pero no tiene nada que ver en cuanto a desarrollo. "Nos hemos encontrado enfermedades en un estado tan avanzado, que en España sería impensable", aclara.

El facultativo trata con pacientes de todas las edades, pero los niños siguen siendo su debilidad. En su tesis, realizó un estudio para mejorar la ventilación de los recién nacidos y lactantes a través de una nueva técnica. Sus ensayos se llevaron a cabo en el Centro de Cirugía de Mínima Invasión de Cáceres y los resultados fueron muy satisfactorios.

Jornadas sin sueldo

El viaje se extiende del 14 al 31 de julio. El cogerá vacaciones la mitad de los días, pero la otra mitad serán jornadas sin sueldo. Además, aportará el dinero del premio que recibió del Colegio de Médicos de Cáceres.

Junto a este médico, existen otros en Cáceres que desinteresadamente prestan su ayuda a los más necesitados. De hecho, García-Montoto ha logrado convencer a otra anestesista del hospital San Pedro de Alcántara para que realice el mismo viaje en septiembre.

Este ejemplo es un acto de entrega. Cuando le plantearon la oportunidad de viajar a Bolivia, tuvo que reflexionar y consultarlo con su familia, pero a pesar de lo complejo de la decisión sabe que no es un caso aislado, y anima a todos "a intentar equilibrar este mundo". "El proyecto de Bolivia es una forma de ayuda --dice--, pero no la única".

Según él, debe restituirse la justicia social y no hace falta irse tan lejos para luchar por ello. "Desde el día a día podemos contribuir a la mejora de lo que nos rodea", afirma. El médico cree que "debemos olvidar el pesimismo, y cuando nos supere, basta con pensar en la cantidad de necesitados que existen". "A Bolivia la crisis no ha llegado, ellos siempre han vivido igual --prosigue--, pero no han perdido el optimismo". Para el doctor, una nueva manera de afrontar la vida es posible: "No se trata de hacer grandes gestos, sino de ponérselo más fácil a los que nos acompañan normalmente".