Caótico, extravagante, tímido, espiritual. Incondicionalmente fiel, prefiere el amor al sexo. Es conservador, a veces inconsciente, ingenuo como un niño, osado como un hombre. El pintor Angel Alvarez de Sotomayor vive en un mundo divino, único y exclusivo, cual rara pieza de anticuario.

--Llevaba toda una vida recreando este momento...

--Pues ya ve lo fácil que ha sido, en una terraza de la parte antigua, con Pepito de fondo. Soy un poco caótico y extravagante, pero a la vez muy accesible dentro de toda la parafernalia que me rodea.

--Y al fin lo he conseguido: emborracharme de café con leche con un anticuario...

--Los anticuarios somos así, tendentes a tomar café en tacitas de porcelana. Me encanta la palabra anticuario porque desde pequeño siempre he soñado con estar inmerso en el mundo de las antigüedades, de los objetos con historia.

--Porque las antigüedades son mi debilidad...

--La suya, la mía, la de muchísima gente... El tiempo establece una criba en los objetos y solo llegan unos cuantos. Y esa rareza, esa escasez, esa exclusividad, es lo que principalmente les confiere valor.

--Después de Los sonetos de la Zubia , claro...

--Bueno, el orden de los factores no altera el producto. Se pueden simultanear las antigüedades con los versos de Gala.

--Y una de sus estrofas: A trabajos forzados me condena mi corazón, del que te dí la llave. No quiero yo tormento que se acabe, y de acero reclamo mi cadena (...)

--Puestos en este punto de inflexión me quedo con el amor también. Si hay un leitmotiv en mi vida es la pulsión amorosa o afectiva, me muero por ellas y mataría por ellas. La llave del corazón se entrega pocas veces y, en muchas ocasiones, quien la recibe no sabe hacer uso de ella porque te condena, te ata y te encadena y, lamentablemente, pocas veces te libera.

-Porque ahora que le veo con ese traje a lo Carlos de Inglaterra y rodeado por cinco de sus siete perros, me parece más Antonio Gala que nunca...

--(Carcajadas). Quizás comparto con Antonio Gala ese parecido físico, esa cadencia al hablar, esa dulzura encorsetada, porque los dos tenemos un punto rígido dentro de nuestra flexibilidad, pero eso es fantástico porque rigidez y flexibilidad son dos talentos importantísimos en la caña de pescar. También, igual que a Gala, me encantan los animales y siempre los inmortalizo en mis cuadros, no literariamente pero sí pictóricamente.

--Y fíjese que también le veo un aire torero...

--(Ríe a carcajadas). Quizás sea por la delgadez o porque también tengo unas facciones muy españolas. Mi madre siempre bromeaba conmigo cuando era pequeño y decía que yo de profesión iba a ser torero, y a mí me cabreaba muchísimo porque nunca me ha atraído el mundo de los toros a no ser desde un punto de vista estético. No me gustan las profesiones temerarias, me gusta mucho más el recluimiento y la tranquilidad, aunque luego tenga un espíritu bastante arriesgado.

--Un hombre mayúsculo, de los pies a la cabeza...

--Me sigo viendo muy ingenuo y muy niño, soy el mayor de mis hermanos y todos me tratan como si fuese el más pequeño, por mi infantilidad y mi inconsciencia a la hora de afrontar la vida y de vivirla. Quiero vivir mi vida como me dé la gana, sin estar sujeto a convencionalismos. Mi vida la llevo yo y si quiero pintar y si quiero llevar una vida inestable, es mi problema. Aún así soy feliz con los afectos de mis animales y de las personas que me quieren y me aprecian de verdad.

--Porque un hombre no se mide por quién comparta su cama sino por el interior de su alma...

--Tú no eres con quien estás, tú eres.

--Aunque aún haya muchos que opinen que la hombría depende de cómo uno mueva lo que lleva en la entrepierna...

--Creo que te enamoras de personas y que esas personas son las que te hacen sentir, vibrar, ser. Por eso nunca he entrado en ese tipo de disquisiciones, porque pienso que las etiquetas son para los tarros de mermelada.

--¿Y no es esa disquisición detestar el alma?

--Es tener unos parámetros para concebir el mundo y los demás bastante atávicos y primitivos.

--Le veo tan arrolladoramente ecléctico, capaz de leer el Hola , El Mueble , Truman Capote...

--Sí. Leo todo eso. Soy muy adicto a publicaciones, desde la revista Zero a National Geographic .

--Capaz de bailar por Alaska y por... ¿la Pantoja?

--No tengo nada en contra de ninguna de las dos. Son personas en puestos importantes en el mundo de la interpretación.

--Capaz de echarle un tomate entero al puchero del cocido...

--(Carcajadas). Reconozco que soy bastante raro cocinando.

--Capaz de coleccionar santos...

--Me gustan porque soy muy espiritual. Vivo en otro mundo que está en este mundo.

--Un poco aristócrata...

--Pero eso es una pose.

--A veces hermético...

--Soy distante, a veces más de lo que aparentemente parezco. Pero soy así por miedo, porque tengo un grado de timidez dentro de la osadía que me caracteriza a la hora de hablar y de ser y de estar. Todos tenemos nuestras parcelas de vulnerabilidad y no dejo entrar en mi recinto más íntimo a casi nadie, pero quien entra lo hace para siempre.

--Fiel...

--Incondicionalmente fiel. A veces me abofetean y sigo poniendo la otra mejilla.

--Contrario al sexo esporádico...

--No concibo la sexualidad sin amor, prefiero amar a practicar el sexo.

--Conservador...

--En mi tarro está esa etiqueta pero tengo también muchísima frescura. Considero que no hay que ser iconoclasta. No hay que romper con ningún icono del pasado, hay que construir el futuro y para construirlo no hay que hacer una gran explanada, se pueden reformar edificios y darles nuevos usos.

--Unico, en definitiva...

--No lo sé, quizás mi divismo me haga pensar que soy único y exclusivo, como una rara pieza de anticuario. Pero es más carcasa externa que interna porque sé que sufro y siento como cualquiera.

--¿Y para despedirnos, Angel, me dedica una pintura?

--Pepito pop , porque no hay nada mejor y más fiel que un animal.