El 16 de octubre de 1924, el alcalde de Cáceres Juan Muñoz y Fernández de Soria, firmaba el nombramiento de Ángel Pérez Rodríguez como arquitecto municipal con un salario de 6.500 pesetas al año. Este arquitecto acabaría por convertirse en uno de los mayores ejecutores del ensanche cacereño, un espacio que, con el paso de los años, habría de cambiar el paisaje urbano de la vieja villa. Desde finales del siglo XIX, el desarrollo urbano se concibe en dirección a la nueva estación de ferrocarril que se había inaugurado en 1881, en unos terrenos situados al sur de la ciudad. En 1900, entre las Afueras de San Antón y la nueva estación, sólo existían tres edificios de interés; el Hospital Provincial, el asilo de las Hermanitas de los Pobres y el viejo Parador del Carmen, el resto eran solares que pronto empezarían a edificarse. En este nuevo contexto de desarrollo urbano, Ángel Pérez será el arquitecto que realiza el diseño de la mayor parte de los nuevos edificios, tanto públicos como privados, que se van a construir durante los más de cuarenta años que desempeño su carrera profesional en Cáceres.

Ángel Pérez Rodríguez, había nacido en la localidad riojana de Viguera el 28 de julio de 1897, estudió la carrera de arquitectura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, iniciándose profesionalmente en el estudio del arquitecto y urbanista Antonio Palacios. En la capital conocería a la que sería su esposa durante más de 50 años, Amalia Martínez Carrero, una mujer nacida en Buenos Aires con la que se casa en 1922 y con la que se trasladaría a Cáceres en 1924, después de haber sacado su plaza de arquitecto municipal, en Cáceres nacerían dos de sus cuatro hijos. Ángel Pérez y su esposa vivirían en Cáceres el resto de su vida, falleciendo Ángel el 1 de abril de 1977 y posteriormente Amalia el 19 de octubre de 1981.

Conocer la figura de Ángel Pérez es obligatorio para cualquier cacereño que quiera saber quién fue el autor de proyectos que permitieron la construcción de diferentes edificios singulares de la ciudad que a día de hoy son el mayor exponente de la arquitectura modernista cacereña. Desde el cine Norba, inaugurado en 1934 en pleno ensanche, hasta la conocida Casa de los Picos ejecutada en 1937 o palacetes como la casa del comerciante Tomás Pérez, realizado en 1927. Otras obras suyas serían la Escuela de Maestría Industrial en la calle Gómez Becerra, la Casa de Ejercicios junto a la ermita de la Virgen de la Montaña, el edifico de la Chicuela, el refugio para mendigos situado junto a la ermita de Santo Vito o el primer edificio para mercado de abastos que tuvo la ciudad . Todos los edificios creados por Ángel Pérez tienen su sello personal, un sello diferente que hace que no pasen inadvertidos. Con este arquitecto se dio paso a edificios modernistas para acoger a la burguesía local, que se disponía a ocupar ese nuevo espacio, el ensanche, que había nacido para comunicar el viejo y el nuevo núcleo urbano cacereño.

Al margen de edificios particulares, Ángel Pérez sería el arquitecto de casi todas las obras públicas que ejecuta el Ayuntamiento desde 1924 hasta su jubilación en 1966. Plazas, avenidas, parques, mercados y colegios tendrán la firma de este arquitecto venido de lejos.