Cáceres, 29-3-1958. Un personaje fundamental en la ciudad a varios niveles. Crítico, pero en positivo

--¿Cómo ve Cáceres? ¿Es usted crítico o complaciente?

--No, creo que está atravesando por su mejor momento. La situación económica y de pesimismo general se nota en todo. Llevamos mucho tiempo perdiendo oportunidades. Somos lentos cuando hay empresas importantes que pretenden instalarse aquí. El caso de El Corte Inglés es patético. No pueden tardarse diez años en renovar un plan urbanístico, no podemos seguir perdiendo cosas (Banco de España, Cefot, administraciones...). Otras ciudades no lo hacen, no estamos siendo competitivos. Tampoco hemos tenido nunca mucha suerte cuando la Junta reparte inversiones.

--¿Qué hay que mejorar?

--Es imprescindible potenciar la universidad, recuperar un alumnado que vea atractiva nuestra ciudad, apostar por el turismo, los congresos y ser tremendamente cuidadosos con la imagen (atención al turista y a los universitarios, jardines, limpieza, mobiliario urbano). Saber vender lo que tenemos es mucho y muy importante.

--¿Le gusta la gestión del gobierno de Elena Nevado?

--Gobernar cuando hay dinero es fácil, lo realmente complicado es gobernar sin dinero y además tener que hacer frente una cuantiosa deuda que no tú no has generado. El mérito es enorme: hay pocos ingresos, prima el ahorro y no pueden realizarse inversiones, pero están consiguiendo reducir mucho la deuda. Son gente joven, preparada, con ilusión y valientes.

--¿Cuál es la mayor carencia de la ciudad?

--Sin duda un tejido empresarial que la dinamice, que genere empleos directos e indirectos.

--Es usted abogado... ¿Hay tantos como parece aquí?

--Con una Facultad de Derecho es lógico que el número de abogados sea elevado. Por el número de habitantes y la escasa industrialización, quizás es excesivo.

--Fue muchos años directivo del club de baloncesto. ¿Los tiempos de la ACB no volverán?

--Se debe ser optimista. Ahora sería impensable, pero la vida de una ciudad es muy larga y nunca se sabe qué puede deparar el futuro. En 1992, cuando se ascendió, tampoco parecía posible. Entonces se dieron las circunstancias oportunas y podrían volver a darse. Me gustaría destacar la gran labor que los actuales directivos están llevando a cabo en circunstancias también muy complicadas.