Del cielo al infierno. Las dificultades de la sala Aldana comenzaron hace un año tras la denuncia de una vecina que provocó la apertura en octubre de un expediente municipal y que derivó, un mes después, en el cierre del cocherón, reconvertido en sala de conciertos. Hasta esa fecha, Aldana había logrado el favor del público con llenos, variada programación y libertad de horarios. Desde entonces, ha tenido que reducir ingresos y personal.