Ya existe proyecto. La constructora Progemisa ha desvelado el futuro del edificio modernista levantado en 1932 en la esquina de Cánovas y San Antón por el arquitecto Angel Pérez, y ocupado hasta hace poco por el Banco Central Hispano. La empresa adquirió este inmueble estratégico para su rehabilitación, pero hasta ahora no ha concretado su nuevo uso. "Ofertaremos el semisótano y el bajo, o ambos a la vez, a firmas comerciales nacionales e internacionales. Las cuatro plantas restantes serán oficinas con acabados de gama alta, incluido el ático, que tendrá amplias terrazas", explica Alfonso Jordán, director de ventas.

La constructora piensa en firmas del tipo Zara, Cortefiel o similares para el espacio comercial, de situación inmejorable. "Ya tenemos referencias de grandes empresas de moda, las únicas con capacidad, potencial promocional y cifra de negocio para aprovechar los más de 600 metros cuadrados", indica Jordan, que descarta la posibilidad de dividir el espacio en pequeñas tiendas. "Esta experiencia ha sido nefasta en Cáceres", recuerda.

ALQUILER O VENTA La constructora prefiere alquilar las plantas comerciales, máxime teniendo en cuenta que las firmas de moda siempre optan por arriendos a largo plazo, pero no descarta su venta. Jordán insistió en que aún no existen negociaciones, "porque el edificio no estará listo hasta dentro de dos años".

Las cuatro plantas superiores tendrán oficinas, estudios y despachos para negocios como bufetes, asesorías o gestorías, muy propios de una zona céntrica.

El proyecto de rehabilitación respetará íntegramente los exteriores, de estilo sevillano. El inmueble, con semisótano, cuatro plantas y ático, está cubierto por una terraza decorada con detalles ornamentales y pináculos de cerámica esmaltada traída desde la Cartuja. Un amplio lucernario corona la escalera. Cada planta tiene 350 metros cuadrados.

"La casa necesita una amplia reforma interior. Presentaremos el proyecto a principios del 2004, y a partir de su aprobación la obra tardará año y medio", explica Alfonso Jordan. En los pisos superiores, hasta ahora viviendas, sólo queda una familia que ya ha negociado su traslado.