Desde hace dos décadas Antonio García está al frente del área de Urología en el Hospital San Pedro de Alcántara. Asegura que el cáncer de próstata es muy frecuente, aunque cada vez cuentan con más armas para hacerle frente con éxito. Las revisiones urológicas a partir de los 50 años son la principal herramienta para la imprescindible detección precoz.

--¿Con qué síntomas debe alarmarse un hombre?

--El cáncer puede tener mucha sintomatología y poca. Cada vez estamos viendo más cánceres asintomáticos y hay síntomas que no son específicos de esta enfermedad de próstata. Por eso es importante que todo varón de más de 50 años se haga una revisión urológica.

--¿En qué consiste esa revisión?

--Es un estudio muy sencillo con varias pruebas. Hay síntomas que, aunque no son específicos del cáncer de próstata, hay que tenerlos en cuenta, como dificultad o escozores al orinar, lo que llamamos síntomas del tracto urinario inferior.

--¿Cómo se llega al diagnóstico?

--Primero valoramos la sintomatología del paciente; en segundo lugar se realiza una ecografía y, por último, la dosificación del PSA, un marcador tumoral que suele aparecer elevado cuando hay un cáncer. Lograr identificar este marcador ha sido un hito, porque desde que existe la posibilidad de dosificar el PSA, hemos hecho muchos más diagnósticos. Otra prueba es el tacto rectal. Es la prueba que el paciente no quiere realizarse, pero es importantísima.

--¿Es la prueba clave?

--Es una de las pruebas clave, junto con el PSA. El tacto rectal nos permite determinar si hay alguna dureza que indique la presencia de cáncer. Si el PSA de un paciente está bajo, pero detectamos esa dureza, se hará una biopsia para descartar la presencia de un tumor. Es una prueba determinante para decidir si hay o no un cáncer.

--¿Cuál es el pronóstico del cáncer de próstata?

--Depende del estadío en el que se diagnostique. En estadíos iniciales, cuando el cáncer esta confinado a la glándula prostática, el pronóstico es francamente bueno y le podemos ofrecer distintos tratamientos curativos, completamente curativos.

--¿Y se diagnostica en estadíos iniciales hoy día este tipo de cáncer?

--La mayoría de los pacientes se diagnostican en este estadío y se pueden curar. Hace 15 o 20 años no era así. Se diagnosticaban más cánceres metastásicos. Cuando se encuentra en esa fase ya se requieren otro tipo de tratamientos, como quimioterapia o terapia hormonal. Pero lo normal es que el cáncer de próstata, hoy por hoy, se consiga acotar antes y curar.

--¿Se han producido entonces avances importantes en el diagnóstico precoz?

--Y se siguen produciendo. Ahora se están desarrollando marcadores predictivos a través de un análisis de orina. Determinan la probabilidad de que haya un cáncer y su gravedad. Es muy importante, pero aún se practica poco y se utiliza principalmente para los casos que son dudosos, con el fin de evitar la realización de biopsias prostáticas que, además de molestas, pueden tener consecuencias onerosas.

--¿Es un cáncer frecuente?

--Muy, muy, muy frecuente. En el 2010 se hizo por fin una estadística en toda España que reveló que se diagnostican 20.000 casos al año y hay 82 casos por cada 100.000 habitantes. Es uno de los cánceres más prevalentes que hay. Depende de la edad, pero en pacientes mayores de 50 años, es el segundo tipo de cáncer más prevalente tras el de pulmón.

--¿Se detectan casos en población joven?

--Por debajo de los 40 años, prácticamente no existe. Pero sí se puede detectar en población joven de los grupos de riesgo.

--¿Cuáles son esos grupos?

--Uno de ellos es el paciente afroamericano, en el que se ha demostrado que hay mayor incidencia y el cáncer es más grave. Otro grupo de riesgo es el que tiene un componente hereditario, sobre todo, cuando hay un parentesco próximo. Cuando hay tres pacientes en la misma familia que han tenido un cáncer, hay un 30% de probabilidades de acabar desarrollándolo, por eso es importante que esos grupos de riesgo se sometan a las pruebas de diagnóstico antes de los 45 años.

--¿Se puede prevenir este cáncer? ¿Qué hábitos recomienda?

--No tenemos una causa específica, como en otros tipos de cáncer. La alimentación está empezando a relacionarse, y se dice que una alimentación rica en verduras y pobre en grasas favorece estar libre de cáncer. Pero en este tipo de tumores lo más importante es un diagnóstico precoz.

--¿Cuál es la principal preocupación de las personas a las que diagnostican un cáncer de próstata?

--Lo primero, la vida. Después, los efectos secundarios de los tratamientos. Al paciente con un cáncer localizado, que no se va a morir, lo que le provoca terror son los efectos secundarios de una cirugía, como puede ser la disfunción eréctil. Pero ahora hay técnicas para evitarla.

--Porque el tratamiento más habitual es la cirugía.

--En el cáncer de bajo riesgo, sí. En el cáncer metastático también están surgiendo tratamientos que retrasan años el inicio de la quimioterapia. Tenemos muchas armas para combatir este cáncer.

--¿Hacia donde caminan los nuevos tratamientos?

--Los urólogos nos estamos dando cuenta de que estamos sobretratando en algunos casos el cáncer. Estamos viendo que hay otra forma de actuar muy sencilla y muy importante, la vigilancia activa. Es posible cuando el cáncer no es muy maligno, algo que podemos determinar ahora a través de un estudio que nos indica la capacidad de las células malignas para reproducirse. En casos concretos, es posible esa vigilancia activa; controlar al paciente, realizar una biopsia cada año y, cada tres meses, nuevos análisis para ir estudiando indicadores como el PSA. Lo importante es descubrirlo y saber si va a ser agresivo, por eso todos estos diagnósticos genéticos son tan importantes. Lo difícil es convencer al paciente.

--La palabra cáncer sigue asustando mucho. ¿Cómo reacciona un paciente cuando se le plantea no tocarlo?

--Es muy difícil y hay que convencerle. A un médico, por sus conocimientos, se le puede razonar, pero a cualquier otro paciente con un cáncer, lo que quiere es eliminarlo a toda costa. La vigilancia activa no significa que no vayas a hacer nada, vas a demorar el primer tratamiento porque a lo mejor no lo necesita. Dentro del protocolo de vigilancia activa tenemos un 30% de casos que van a progresar, pero hay un 70% de casos que se van a estancar y no es necesario operar.

--Aun así es normal que a una persona le cueste asimilar que va a convivir con un cáncer.

--Es muy difícil. Ahí entra la confianza en el sistema y en el médico. Yo estoy convencido del tratamiento de vigilancia activa.

--¿Cómo influye en la enfermedad la actitud del paciente?

-El proceso psicológico es fundamental, porque la actitud positiva genera defensas en el organismo y refuerza el sistema inmunológico. Creo que sería fundamental la participación de psicólogos especializados que les ayudaran a asimilar el 'shock' que reciben.

--Con las investigaciones en marcha ¿qué perspectivas hay para este tipo de cáncer?

--Esto no va a tener límite. Se están produciendo avances exponenciales, cada vez de una forma más rápida y cada vez con más precisión, para llegar con los tratamientos a las zonas precisas de bloqueo. Los avances genéticos y tecnológicos hacen que cada vez los procedimientos sean más seguros. Además ahora podemos tener imágenes muy precisas del cáncer de próstata y extirpar solo la parte afectada. Así se eliminan efectos secundarios que eran habituales, como la impotencia o la incontinencia. Todo esto va a hacer que en el futuro, esto sea mucho menos duro para el paciente con cáncer de próstata.

--Uno de los principales investigadores del cáncer, Joan Massagué, afirma que en 50 años el cáncer podrá estar tan controlado como hoy en día las infecciones.

--Ojalá... Si lo dice una persona de esta talla, abrigamos esperanzas de que podamos llegar a esa situación. Ojalá...