Tras más de 25 años como donante, Antonio Iglesias levanta la mirada cuando le piden que recuerde la primera vez que participó en una campaña de extracción de la hermandad de Cáceres. "Trabajaba como vigilante jurado. Se hizo una campaña en el sector de seguridad para hacer extracciones y participé, igual que participaron otros compañeros que también e hicieron donantes después", recuerda. Fue entonces cuando donó por primera vez y su primer contacto con la Hermandad de Donantes de Sangre de Cáceres, de la que hoy forma parte de la ejecutiva como responsable de los coordinadores de los 39 pueblos adscritos a la hermandad en la provincia.

"Después de donar sangre ese día me di cuenta de que yo tenía algo que podía salvar vidas, cuatro vidas, por cada extracción", relata. Fue entonces y tras madurar bien la idea, cuando decidió no solo continuar colaborando sucesivas extracciones, sino hacerse donante de órganos. "No hubo nada detonante, solo que poco a poco me fui convenciendo con lo que ves cada día de accidentes y enfermedades. ¿Quién me dice que un día no lo voy a necesitar yo?", se pregunta.

Para aquellos que se niegan a donar solo les pide "que no tengan miedo y que antes de decir no, se informen bien y piensen en el día que alguien de su entorno pueda necesitar sangre", explica. Otro caso diferente es el de aquellos que no se oponen a donar, pero tampoco lo hacen. A ellos se dirige esta campaña en la que quieren "buscar sitios nuevos para que la gente no tenga que desplazarse y le resulte lo más cómodo posible al donante participar en la extracción", indica.