EDAD CACEREÑO DE 44 AÑOS.

PROFESION TRABAJA EN LA FACULTAD DE VETERINARIA. TIENE UNA HUERTA JUNTO AL RIO GUADILOBA. LOS ANIMALES SON SU HOBBY.

PROTAGONISTA LOS BOMBEROS LE SACARON EL DOMINGO DESPUES DE QUEDAR TRES HORAS ATRAPADO TRAS LA CRECIDA DEL GUADILOBA.

Antonio Leal no olvidará el 5 de noviembre del 2006, cuando la crecida del Guadiloba por la lluvia y el desembalse en la presa le atrapó tres horas en el agua. Le sacaron los bomberos tras un tenso rescate. Llegó con hipotermia al hospital y por la noche ya le dieron el alta.

--¿Por qué entró en su huerta si el agua había subido tanto?

--Por los animales, me importan mucho y debía sacarlos.

--Pero fue una temeridad.

--Veía posibilidades y ya había entrado. La primera vez hasta la puerta, volví a por las tenazas porque por la presión del agua no pude abrir el cierre, y regresé. Si la primera vez no veo posibilidades, no vuelvo.

--Ha denunciado que nadie les avisó del desembalse del Guadiloba, ¿cómo se entera?

--Un vecino, que ya había estado allí, sube a mi casa, en la calle Picadero, y me llama. Si el ayuntamiento, cuando me tiene que reclamar para cualquier cosa, sabe donde encontrarme, por qué no se preocuparon en esta ocasión de llamarme a mi casa.

--¿Qué ocurrió para que se quedase atrapado a causa del agua?

--Llegue a la puerta, corte el cierre y empecé a cortar una valla, entonces noté una presión muy fuerte. El agua me arrastraba y vi que el poste no cedía y aguanté ahí. Ese poste era la salvación.

--¿Temió por su vida?, ¿pudo irse aguas abajo del Guadiloba?

--Hubo dos veces. El agua había llegado a una altura de más de dos metros, la fuerza del agua me empujaba las piernas hacia arriba y yo aguantaba agarrado al poste. En esas dos ocasiones pensé que era la última, que no lo contaba. Luego hubo otro momento, cuando el chubasquero se llenó de agua, me presionaba y no podía quitármelo porque si me soltaba me iba. Cuando cerraron dos de las compuertas de la presa, el agua perdió fuerza y pude colocarme detrás del poste. Si tengo que seguir donde estaba al principio, no sé si hubiese podido aguantar.

--¿Qué pasó entonces?

--Bajó el nivel, la corriente dejó de pegarme directamente y me pude girar y ponerme tras el poste, que me protegía. Me estaba quedando sin fuerzas y las manos se me estaban agarrotando.

--¿En qué pensaba?

--En todo, en los tuyos que están en la orilla y que quieren entrar. Ves que el agua sube y arrastra animales y cosas, y piensas que ahora le toca a esto, luego a lo otro y que el siguiente serás tú.

--¿Llegó a intentar salir del agua en algún momento?

--No podía. Entre el poste de la cancela y el establo solo hay 4 metros, pero era imposible hasta para los bomberos. Cuando ellos entraron y su balsa volcó, pensé que se iban aguas abajo. Salí cuando bajó el agua y me sentí con posibilidades, entonces ya me había colocado una cuerda, que me tiró un bombero, alrededor de mi cuerpo y me arrastraron. Una vez atado pensé que todo cambiaba, pero entonces ya llevaba dos horas en el agua.

--¿Por qué no le rescataron antes?, ¿qué dificultades había?

--La fuerza del agua era descomunal. Me decían que estuviera tranquilo y que venía el helicóptero, pero no llegó. Reconozco que había mucho riesgo y creo que entraron cuando pudieron.

--¿Cuál fue el peor momento?

--Cuando veía que el agua no paraba de subir y su fuerza era tanta que pensé que no aguantaba. No hacia pie y me tuve que encaramar al poste. El agua me llegaba a los hombros y estaba tan alta que pensaba que el poste se acababa y que no podía subir más. Temí lo peor cuando vi que los bomberos no eran capaces de entrar y mis primos y sobrinos querían meterse en el agua. Pero parece mentira que no pierdas la esperanza, intentaba ser positivo, me animaba pensado que si me iba aguas abajo al menos sabría de que tamaño son este año las carpas en el Tajo, intentaba no perder el humor. Solo me derrumbé cuando me vi fuera y en la residencia cuando vi a mi familia.