Profesor universitario

El día 12 de agosto recibió sepultura en el cementerio municipal de Malpartida de Cáceres el cuerpo de Antonio Morgado Chaves a la edad de 57 años, tras una dolorosa enfermedad, en la madrugada del 11 de agosto, se paró su corazón, en su residencia particular de Cáceres.

Antonio Morgado era muy conocido en los ámbitos de la imprenta y la prensa cacereña. En plena juventud se afincó en Cáceres como empleado en el Periódico Católico de Extremadura, cuya sede estaba en el Palacio de la Generala. Recuerdo haberle entregado varios artículos publicados en el otoño de 1973, mientras el sistema de impresión por cajista se "modernizaba" con las nuevas linotipias del clausurado Diario Madrid. En las instalaciones del polígono de La Madrila vivieron la muerte de Franco y los años de la transición española la gran familia del Extremadura, siempre con las puntuales crónicas de Madrid de Cándido de Luna, que escribía el director del rotativo. El Periódico Extremadura apostó por la universidad como ningún otro medio y la imprenta dependiente del diario publicó los primeros frutos de aquel renacer de las letras extremeñas. En los talleres el hombre que sabía de tipografía era Antonio Morgado Chaves, que conocía a la perfección los cíceros y blancos de una línea, el espacio de un huecograbado, que había que pedir fuera de la ciudad. Recuerdo cómo con una letra tipo futura y negrita de periódico se imprimió el primer volumen del Anuario de Estudios Filológicos y cómo el segundo tomo estrenó las cursivas del modelo Aster, importado directamente de Italia de valor de doscientas mil pesetas de la época.

Pasó el tiempo y El Periódico Extremadura cambió de propietarios, manteniendo la misma cabecera, y en una de esas reestructuraciones Antonio Morgado Chaves se embarcó en la aventura de tener su pripia imprenta. De este modo en un modesto local de la barriada de El Perú nació Gráficas Morgado: Extremadura no perdió un taller de impresión, a pesar de la competencia regional y limítrofe en el sector. Tal vez porque sigue siendo realidad el adagio de Antonio Rodríguez Moñino de que "el editor siempre tiene que tener a su lado al impresor" y la distancia en este oficio no es el olvido, sino el desastre. En ese nuevo taller un grupo de cacereños ilusionados confiamos en la edición de un modesto boletín para la Real academia de Extremadura, cuyas últimas pruebas, correspondiente al tomo XII, ha supervisado Antonio Morgado hace menos de un mes. Los amigos de la Academia de Extremadura también han confiado en sus instalaciones para su revista Ars et Sapientiae, del mismo modo que el Boletín de la diócesis y la Comarca de Trujillo. Antonio Morgado Chaves fue un católico protestante, hombre recto, bondadoso y comprometido con su entorno. Su fe le animó a seguir como mayordomo de la Cofradía de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado. El folleto de las fiestas de San Isidro de Malpartida llevaba cada año su pie de imprenta. Descanse en paz una de las escasas personas que aprendió el oficio de impresor y conocía los secretos de la ciencia tipográfica como pocos y ha tenido la suerte de dejar su sabiduría en la joven familia de Gráficas Morgado de Cáceres.