TCtomienza el otoño, la estación del año mágica que representa la madurez, cuyo nombre proviene del dios solar egipcio "Atum" que simboliza "el Sol que se oculta en la Tierra". Hoy es el equinoccio de otoño: los dos polos de nuestro planeta están a la misma distancia del Sol, cuando éste alcanza su cénit, cuando cae la luz por ambos hemisferios-

La acción de la luz, alejándose de la Tierra, hace que se caigan las hojas de los árboles, que emerjan los ocres, los amarillos dorados, marrones claros y oscuros entre verdes, policromía absoluta, gracias a la incidencia de la luz que nos permite ver, percibir.

La luz en esta época del año se suaviza, se difumina, condiciones óptimas de la foto. Es la luz que compone la imagen, sin luz nuestros ojos no servirían de nada, solo oscuridad. Con luz existen los colores, los colores son diferentes manifestaciones de luz o de la onda electromagnética de los fotones.

Con ojos mecánicos, con cámaras y con lentes se puede comprobar que hay colores que están ahí fuera, pero que nuestros sentidos, o sensores, no puede captar: Son los infrarrojos y ultravioletas (lo mismo ocurre con el sonido) están ahí; pero quien diseñó nuestro sistema de recepción de señales audiovisuales no consideró que teníamos que tener en cuenta estos colores, pero claro, nuestra mente si cuenta con una necesidad insaciable por conocer lo que hay ahí afuera; y bueno también lo que hay dentro.

Cada lente es una visión diferente, una perspectiva distinta de la realidad. A veces pienso que los ojos nos engañan y ojalá tuviera la capacidad visual tan desarrollada como la de un águila, pero supongo que si cada visión es subjetiva e individual; es porque tan necesario es mi punto de vista como el de usted, querido lector. Y claro, el Sol nos necesita tanto como nosotros a él.