--¿Qué hubiera sido de España sin la figura de El Rey pequeño?

--Como poco, la España cristiana hubiera retrocedido hasta el Duero o incluso peor, más al norte. Hubiera perdurado el imperio almohade y las consecuencias hubieran sido catastróficas para España y, posiblemente, para Europa.

--¿Cuál fue, a su juicio, el momento más difícil en la vida de Alfonso VIII?

--Después de la derrota de Alarcos, cuando el ejército castellano es derrotado por un emir almohade de una manera tremenda. Ya que no solo es atacado por almohades, sino que primos suyos, otros reyes cristianos, le atacan coaliados con los almohades. Ahí pasa un momento de tremenda dificultad con la sola alianza de su fiel amigo el Rey de Aragón.

--¿Fue él quien puso la primera piedra de lo que a la postre serían los estudios universitarios con la fundación del primer estudio general español en Palencia?

--Sí, fue pionero en muchos aspectos. Creó los Fueros y los Concejos, el germen de lo que más tarde serían las Cortes.

--Dice usted que muchos españoles ignoran la historia de España, ¿qué deberíamos haber aprendido de ella?

--Simplemente deberíamos intentar no ignorarla. La historia de España tiene luces y sombras y las luces son increíbles. Solo hace falta darse una vuelta por el mundo para ver que ese mundo es más ancho, más largo y más luminoso por España y su lengua, que hablan más de 550 millones de personas.

--Dice encontrar paralelismos entre la invasión almorávide de aquellos tiempos y el terrorismo islamista radical actual. ¿En qué se parecen?

--Mientras que el mundo occidental se ha producido una evolución desde el Renacimiento, en el mundo islámico, cuando ves las proclamas del Daesh o Al Qaeda te das cuenta que las has leído ya en esas otras proclamas almorávides o almohades. Cuando imponían esa teocracia y absoluta tiniebla, más que medieval fanática, de someter a toda la humanidad a esa verdad supuestamente revelada por un Dios.