Terminaban una noche de fiesta en la Madrila y sobre las cinco de la madrugada decidieron comprar algo para comer. Cuando el acusado y sus amigos se dirigían al establecimiento se cruzaron con otra joven que salía del mismo con la comida en la mano. Se tropezó con ella, motivo por el que a esta se le cayó al suelo lo que estaba consumiendo en ese momento.

Ella comenzó a discutir con el grupo de chicos hasta que intervino su pareja, hasta que la trifulca llegó a más. Pasaron de los insultos a golpearse mutuamente (el novio de la joven y el chico con el que ella se había tropezado). En un momento de dicho enfrentamiento el acusado sacó de su bolsillo una navaja de 8,1 centímetros de hoja y se la clavó en el abdomen.

Le provocó una herida inciso-punzante de cuatro centímetros en la región abdominal y otra en el pabellón auricular. Las lesiones necesitaron tratamiento quirúrgico y precisaron de 30 días para su curación. El acusado también recibió lesiones en la cabeza y en la cara debido a los golpes que le propinó la víctima, aunque decidió no presentar denuncia.

Los hechos ocurrieron en noviembre del 2017 y el acusado acaba de ser condenado por el Juzgado de lo Penal Número 1 a dos años de prisión por un delito de lesiones por el uso de instrumento peligroso. Además deberá indemnizar a la víctima con 12.666 euros en concepto de responsabilidad civil.